Imagen del cuadro ‘Santa Catalina de Alejandría’, de Bartolomé Esteban Murillo, pintado hacia 1652-1657 para la parroquia sevillana del mismo nombre y que ha sido protegido como Bien de Interés Cultural (BIC). EFE/Fermín Cabanillas

Santa Catalina y San Pedro, las dos caras del destino de las obras de Murillo

Fermín Cabanillas I Sevilla, (EFE).- Santa Catalina y San Pedro, las dos caras del destino de las obras de Murillo. “Fíjate, parece que Murillo le puso una bombilla en su lado derecho…”. Sandra, una mujer sevillana que ronda los 60 años no puede evitar emocionarse cuando ve cuadros como ‘Santa Catalina de Alejandría’. Hoy lo ha disfrutado por primera vez, sin saber que es de las primeras personas que lo puede admirar tras su protección como BIC por la Junta de Andalucía.

Se trata de una maravilla de cuadro, ejecutado hacia 1652-1657 para la parroquia sevillana del mismo nombre y adquirido por la Junta de Andalucía en junio de 2022 a la Fundación Focus Abengoa para su colección museográfica, y que se puede disfrutar en la Sala V del Museo de Bellas Artes sevillano, la segunda pinacoteca española tras El Prado madrileño.

Ahora, ha recibido el amparo como Bien de Interés Cultural del Consejo de Gobierno de la Junta en la categoría ‘Mueble’, y una vez salvado este asunto, el de proteger esta obra de arte, las energías de la Junta se concentran en otra obra del pintor sevillano.

Concretamente en ‘San Pedro Penitente de los Venerables’, propiedad de la matriz de la misma Abengoa que, disuelta a finales del pasado mes de julio, y que saldrá a subasta desde este viernes, 24 de febrero.

Tasación de 8 millones de euros

La idea de la Junta de Andalucía, obviamente, es conseguir hacerse con el cuadro, de la misma forma que adquirió el de Santa Catalina en 2022, y es un secreto a voces que va a pujar en la subasta, porque además tiene derecho de tanteo sobre la obra, pero desde la Consejería de Cultura no se quieren dar “pistas” para que los otros candidatos a quedarse con la obra en la liquidación de los bienes de Abengoa no tengan una relativa ventaja.

Además, se aclara que “no es que la subasta vaya a empezar y terminar el próximo jueves, sino que es un proceso que puede durar meses, y ante todo hay que ser muy cautos”, dicen las mismas fuentes.

No se trata de una subasta física, con el martillo del juez cerrando las pujas tras contar 1, 2 y 3…, sino un recorrido virtual de ofertas mientras el cuadro sigue se expone y es visitable en la Fundación Focus, en el corazón del barrio sevillano de Santa Cruz.

Es verdad que la inversión para quedarse con una de las obras de Murillo no está al alcance de todo el mundo, porque lo más probable es que el precio de salida sea de ocho millones de euros, que es lo que corresponde a la última tasación realizada.

Y también es verdad que al ser Bien de Interés Cultural no puede salir de suelo español, pero al ser una subasta abierta puede intentar quedarse con él cualquier persona, entidad o empresa, de modo que el Gobierno andaluz tendrá que estar fino para evitarlo.

Expolio de la invasión napoleónica

Mientras tanto, en el Museo de Bellas Artes, más protegida que nunca, a Santa Catalina la observan centenares de personas este jueves, porque la incipiente primavera está atrayendo a muchas personas a visitar el museo, y se mezclan con las visitas de hasta tres institutos al mismo tiempo, que acuden a admirar lo que la Junta define como una obra que resume “una creación de valores culturales acreditados y relevantes, que permiten reconocerla como parte del patrimonio cultural andaluz”.

El cuadro permaneció en Sevilla hasta el año 1810, cuando fue expoliado durante la invasión napoleónica, y representa a la santa de medio cuerpo y en primer plano, ataviada con suntuosos ropajes y portando en sus manos los atributos que la caracterizan, como son la espada y la palma del martirio, y Murillo, “empleando un recurso de gran potencialidad, muestra a la figura que emerge iluminada sobre un fondo neutro y oscuro, dirigiendo su mirada fijamente al espectador”.

Por eso, como decía Sandra al principio, parece que el pintor hubiese empleado una luz artificial para iluminarla solo desde uno de sus lados, y lograr un efecto solo al alcance de unos pocos pinceles en el mundo y en la historia.

Para conseguir que Santa Catalina llegase a Bellas Artes, la Junta ganó una subasta que se cerró en 1.089.000 euros, y ahora todo se centra en saber qué pasará desde el viernes, y si se podrá conseguir que otra de las grandes obras de Murillo pasen a manos de todos los andaluces con todas las de la Ley, y se pueda exponer en el mismo museo junto a sus grandes creaciones. EFE