Women demonstrate today, during the Day for the Decriminalization and Legalization of Abortion, in Santiago, Chile, 28 September 2023. EFE/ Javier Martin

Noches de calor de más de 30 grados, gincanas hogareñas con escaso éxito

Eva Ruiz I Sevilla, (EFE).- Las altas temperaturas de este verano de calor, por encima de los 30 grados más de una vez en varias localidades andaluzas en las noches, han convertido las supuestas horas de descanso en muchos hogares en una especie de gincana, habitualmente con poco éxito, donde uno, a pesar de los intentos, acaba más agotado que al principio.

Lo malo no es eso, sino lo que pasa después: el efecto de las olas de calor y la falta de sueño que conllevan se deja notar durante el día en aspectos como el rendimiento laboral o la comunicación con los demás, donde se dan más discusiones y hay más irritabilidad, con el consiguiente deterioro de las relaciones, han advertido los expertos.

Y es que el relato de lo que ocurre en un hogar andaluz al uso cualquier noche podría ser este: te das una ducha y no te secas del todo para quedarte fresquito justo antes de irte a la cama, bebes agua y pones el ventilador para ayudarte a conciliar el sueño.

Unos minutos después te das cuenta de que el frescor de la ducha se ha evaporado y ya estás sudando, te levantas a beber más agua y quitas el ventilador para poner mejor el aire acondicionado. Te vuelves a la cama a intentar dormir. Poco después te tienes que volver a levantar: necesitas ir al baño (porque has bebido mucho agua) y quitar el aire, que ya lleva mucho rato y es mejor el ventilador…

Hasta los árboles están “trastornados”

“Te das la vuelta en la cama y ya tienes calor porque has hecho un esfuerzo”, dice María José Molina, vecina del barrio sevillano de Nervión desde hace más de 30 años. “Cuando llegué a este piso no hacía falta ni ventilador”, explica a EFE, recordando situaciones que “han pasado a la historia”.

noches calor
Las noches de calor en Andalucía hacen difícicl el descanso. Un perro descansa. EFE/ J.P.Gandul

Nacida en Villanueva de San Juan, un pueblo de la Sierra Sur de Sevilla, dice a sus 67 años que no recuerda un verano como el actual. “Este calor tan malo no lo ha hecho nunca, ahora no se puede ni estar en el pueblo”, donde normalmente había 4 ó 5 grados menos que en la capital y se podía disfrutar de las noches “a la fresca”, que “ahora ya ni a la una de la madrugada”.

Y es que estas temperaturas han obligado a actualizar los términos para referirse a las noches, porque las “tropicales”, que eran las de más de 20 grados, se han quedado cortas. A estas las sustituyeron las “tórridas”, por encima de 25, que están dejando paso a las “infernales”, cuando ya se superan los 30.

“Esto no se puede aguantar”, sentencia Molina, que mantiene que “no es verdad que al calor se acostumbre uno” y asegura que además los efectos se dejan sentir no solo en los seres humanos, sino en los animales y en los árboles. “He visto una higuera dando brevas casi en otoño cuando lo tenía que hacer en primavera”, asegura.

Hablar poco para no sofocar al interlocutor

Julio García es experto en expresión y lenguaje de la Fundación Casaverde y ha advertido de que las altas temperaturas afectan a la capacidad de mantener una comunicación fluida ya que, por ejemplo, la falta de sueño y el cambio de hábitos y costumbres “nos pueden volver antipáticos e hipersensibles ante los demás”.

“Es mejor hablar poco, lo justo y necesario. Si hablas mucho estás gastando energía y la energía es calor”, aconseja en conversación con EFE, en la que asegura que lo ideal es “hacer mensajes cortos y directos para no sofocar al interlocutor” e incluso acudir a las tecnologías porque “la garganta sufre mucho”.

Apuesta por emplear las primeras horas de la mañana y las últimas de la noche para el diálogo más trascendente de los temas familiares o de pareja, uno de los ámbitos este último que se puede ver más afectado por las noches de calor extremo. “Para las relaciones íntimas habría que intentar buscar un momento en el que no haya 40 grados y un lugar lo más aireado posible”, sostiene.

Recomienda además buscar el lado positivo de la dificultad para conciliar el sueño y de los paseos nocturnos en esta gincana hogareña: tener un cuaderno en la mesilla de noche para anotar las posibles ideas útiles que se tengan en las calurosas horas de insomnio. EFE