El periodista y escritor malagueño José Antonio Sau posa con su libro "El último guerrero". EFE/Daniel Pérez

Un acoso escolar en el pasado y la llegada del deseo, cóctel de “El último guerrero”

José Luis Picón I Málaga, (EFE).- El acoso escolar sufrido por uno de los protagonistas en el pasado y la llegada del deseo a un grupo de adolescentes es el cóctel que desencadena los acontecimientos en la novela “El último guerrero”, octavo libro del periodista y escritor José Antonio Sau.

Se trata de una novela negra “sui géneris”, porque “no plantea el habitual escenario de un cadáver al principio, cumpliendo todos los códigos del género negro”, explica Sau en una entrevista con EFE.

Al mismo tiempo, hace “una radiografía social de los personajes, que crecen en un barrio a la orilla del mar, y de un protagonista de extracción media-baja que es un chiquillo que ha sufrido un acoso escolar brutal”.

“Todo ello crea un poso de amargura y de resentimiento y ese va a ser el motivo de muchas cosas que le ocurren a los tres amigos”, según el autor, que califica también como un “thriller” judicial este libro publicado por la editorial sevillana La Isla de Siltolá.

El deseo adolescente

Añade que “el deseo llega para tres chiquillos de 12 o 13 años, cada uno hace con el deseo una cosa y alguno lo metaboliza mal”, por lo que “todo es un cóctel que, en plena adolescencia, con las hormonas a tope, va a terminar estallando”.

El escritor malagueño ha hecho una “apuesta por el estilo” en este libro, con párrafos largos, prácticamente sin puntos y aparte, y diálogos sin guiones, “en una concepción de la novela negra más cercana a la que tenía Chirbes que la de otros autores”.

acoso escolar
Un acoso escolar en el pasado y la llegada del deseo, cóctel de “El último guerrero”. El periodista y escritor malagueño José Antonio Sau posa con su libro “El último guerrero”. EFE/Daniel Pérez

Como en otros libros anteriores, Sau vuelve a presentar a personajes “que están al borde del abismo, que tienen muchas contradicciones internas, que son personas atormentadas y que tienen menos armas que el resto de la gente normal, entre comillas, para pelear contra el mundo”.

Eso ocurre porque “son personajes que arrastran un pasado, una herida importante, y esa herida determina en buena medida el futuro”.

Rasgos autobiográficos

Todos estos protagonistas de “El último guerrero” tienen rasgos del propio autor, y especialmente de su “infancia junto al mar”, porque el lugar donde transcurre la novela “es un trasunto de un barrio marinero mítico”.

“Lo que se transluce sobre todo es el sol de la infancia, y luego hay un ajuste de cuentas conmigo mismo. Yo fui objeto de acoso escolar cuando era pequeño, pero no metabolicé aquello como lo hace el personaje de la novela”.

La historia va tomando ritmo conforme avanza y, llegado un punto, “deja de ser una novela más introspectiva para convertirse en una novela negra de acción”.

“En la primera parte de la novela se cuece lo que va a pasar en la segunda, pero va cociendo a fuego lento. Si alguien espera encontrar un ritmo vertiginoso desde el principio, ni el estilo ni la trama están orientadas a eso”.

Por el contrario, “hay una cocción lenta hasta que llega el punto de giro y de ruptura, que está más tarde de lo que canónicamente debe estar en la novela, que es en el 25 por ciento. Aquí no llega prácticamente hasta el 50 por ciento, y a partir de ahí se dispara todo”. EFE