El historiador José Soto Chica, ciego desde que tuvo un accidente con explosivos a la edad de 24 años cuando era militar, durante la entrevista con EFE en la que ha hablado de su novela 'Egilona. Reina de Hispania'. EFE/Raúl Caro

Un historiador cuenta en una novela el “cambio de mundo” que vivió la reina goda Egilona

Alfredo Valenzuela | Sevilla (EFE).- Cinco años después de la muerte de Rodrigo, la única fuente histórica de la época, la ‘Crónica Mozárabe’, cita a Egilona, que fue su esposa, como Reina de Hispania, y como tal asistió al “cambio de mundo” que supuso el fin de los godos y el nacimiento de Al-Andalus, según la novela “Egilona. Reina de Hispania” (Espasa), del historiador José Soto Chica.

Medievalista, doctor en Historia con 17 años de docencia en la Universidad de Granada, Soto Chica (Santa Fe, Granada, 1971) ha dedicado 24 años de investigación académica y algo más de sesenta publicaciones científicas al periodo que va del año 300 al 800, todo lo cual ha hecho ciego, con el oído mermado y una pierna ortopédica, algunas de las secuelas que le dejó un accidente con explosivos a la edad de 24 años, cuando era militar.

El accidente se produjo en Cerro Muriano (Córdoba), tras su regreso de la guerra de Bosnia -“la guerra es mucho más sucia y terrible de lo que nos cuentan”, ha asegurado-, y pasó catorce días en coma, pero volvió y, dice ahora, “a partir de ahí todo fue muy fácil; me limité a vivir”.

“Egilona fue una mujer muy realista, capaz de darse cuenta de que no había marcha atrás sino que llegaba un nuevo mundo, y procuró que los vencidos tuvieran la mejor vida posible en ese nuevo mundo; hizo con soltura aquel tránsito difícil y renunció a muchas cosas pero no a sí misma”, al ser esposa del último rey godo, Rodrigo, y de Abd al-Aziz, valí de Al-Andalus, un rey de hecho.

Una bisagra entre un mundo y otro

“Egilona, la reina goda, actuó políticamente y según los historiadores intentó que su segundo esposo se alzara contra el Califa de Damasco; fue una mujer que hizo de bisagra, de puente, entre una cultura y otra en un momento en que llegaba una nueva cultura y una nueva religión; además en la guerra no hay buenos y malos, y eso lo aprendí en Bosnia, todo es mucho más complejo”, ha señalado el autor.

Sobre por qué el aprendizaje de la lista de los reyes godos se sigue considerando antipedagógica, Soto Chica ha respondido que “porque nos empeñamos en hacer listas en vez de ligar la historia a vivencias; la historia hay que contarla de manera que la vivamos, no para retenerla en la memoria”.

Y ha puesto el ejemplo de otro rey godo, Chindasvinto: “Si te cuentan que llega al trono con 79 años, que con más de ochenta recorría Hispania a caballo y que organizó una matanza de nobles que ya la quisieran en ‘Juego de Tronos’, seguro que te interesas por él”.

No fue Egilona la única reina goda importante, según Soto Chica, quien ha citado a Gosvinta, esposa de Leovigildo, y a Baddo, esposa de Recadero, que pasó de esclava a reina y a la que se debe el primer documento firmado por una mujer de la historia de España, un papel oficial del tercer concilio de Toledo, donde se estableció la conversión de los godos al catolicismo.

Sequía, frío y peste

Aunque las fuentes históricas son parcas en información sobre la época, en sus novelas Soto Chica afirmar ser “muy riguroso” con ellas y que se limita a imaginar a las figuras históricas en su contexto porque, ha asegurado, “de Egilona sabemos cómo se perfumaba, cómo vestía y cómo amaba”.

Sobre la rápida disolución del reino godo ante el empuje del invasor, Soto Chica ha asegurado que Hispania acababa de sufrir un largo periodo de sequía y de frío, lo que en un reino agrario supuso hambrunas y la llegaba de la peste bubónica, todo lo cual se suma al acceso ilegítimo al poder de Rodrigo, con la consiguiente crisis dinástica, y a que el ejército invasor era muy poderoso.

“La historia es la experiencia humana multiplicada por los siglos; la historia no se repite pero sí rima y se aprende de ella, mientras que la identidad es algo complejo; cómo nos vamos a privar de nuestro pasado, que incluye a los romanos y los godos pero también a Al-Andalus; lo bueno que tiene España es que somos complejos aunque últimamente nos hayamos empeñado que todo sea fácil, limpio y sencillo”, ha añadido. EFE