Fotografía que muestra un gato mientras descansa en una piedra. EFE/Thais Llorca

Ni gato encerrado, ni gato por liebre, la originalidad de los gatos, en aforismos

Alfredo Valenzuela I Sevilla, (EFE).- Ricardo Álamo, además de escritor, editor y profesor, es aficionado a los gatos, a los que, muy por encima de lugares comunes, ha rendido un ingenioso homenaje literario, lírico, humorístico y casi filosófico al publicar una colección de aforismos sobre gatos bajo el título de “Pasos de seda” (Apeadero de Aforistas).

“Sólo el odio araña más que un gato” y “De día son tan lentos sus pasos que, si fuese un reloj, atrasaría”. Son dos de los aforismos de Ricardo Álamo, quien ha dicho a EFE que escribió este libro porque, hasta donde él sabía, “nunca antes se había escrito un libro de aforismos exclusivamente dedicado a los gatos”.

“También lo escribí porque el aforismo es un género particularmente favorable a la mínima disección de las características de los gatos. Pues busca no tanto la demorada exposición de una tesis como el exordio descriptivo, intenso y en la medida de lo posible hasta lírico… Por eso tal vez los aforismos sean tan afines a las creaciones poéticas. Y eso explicaría acaso que muchos poetas hayan escrito sobre los gatos”, ha asegurado.

Ricardo Álamo tiende al aforismo incluso respondiendo al entrevistador.

“Actualmente no tengo gato, pero a lo largo de mi vida he tenido dos. Y como los he sobrevivido a ambos, me hago la ilusión de que el que tiene siete vidas soy yo”.

Panteras en miniatura

“Pasos de seda”, según su autor, también “surge como homenaje a esta pantera en miniatura que siempre me ha despertado curiosidad, quizá porque, a diferencia de otros animales domésticos, posee características muy ligadas a la literatura, como su naturaleza silenciosa, solitaria, aventurera, soñadora y misteriosa”.

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El escritor Ricardo Álamo posa durante una entrevista con EFE en su casa de Puerto Real (Cádiz) por la presentación de su libro “Pasos de seda”. EFE/Román Ríos

Acerca de las potencialidades literarias de otras mascotas, Álamo ha señalado que “se suele decir que el perro es el mejor amigo del hombre. Aunque no sé si el hombre es el mejor amigo del perro. Lo que sí sé es que, como felizmente escribiera Sigmund Freud ‘el tiempo pasado con los gatos nunca se desperdicia'”.

El autor, que con anterioridad a éste había publicado otro libro de aforismos, “Letras mínimas” (Renacimiento, 2023), ha señalado que al igual que “otros animales domésticos, los gatos no se han librado de soportar toda clase de dichos populacheros, refranes y proverbios. Que van desde lo afirmativo a lo negativo, según la perspectiva cultural y temporal desde la que se los haya mirado”.

Y ha recordado que a lo largo de la historia los gatos son “fuente de inspiración para muchísimos poetas y escritores en general. Algunos los consideraron preciosos heraldos de antiguas divinidades -caso de María Zambrano-, autómatas indestructibles -pero suaves- creados por la Naturaleza. Para poner orden en el entorno doméstico cuando todo se ha ido al garete -caso de Ambrose Bierce-.”

Baroja, Neruda, Cortázar….

También han funcionado como “epítomes de la falta de sentimentalismo -caso de Pío Baroja-. Y de la resistencia a la sumisión -caso de Pablo Neruda-“, pero, ha añadido el autor, “quien ha tenido gatos sabe que muy pocas cosas los perturban. Se diría que han nacido para el reposo y no para el desasosiego ni la excitación nerviosa”.

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El escritor Ricardo Álamo. EFE/Román Ríos

“Por eso no es de extrañar que a Julio Cortázar le pareciera que no son más silenciosos los espejos que el andar de un gato. De ese silencio, de ese dulce sosiego también se hicieron eco Teófilo Gautier y Jules Renard. El primero de los cuales afirmó que los gatos se complacen en el silencio, el orden y la quietud. Y el segundo que el ideal absoluto de la calma es un gato sentado”, ha añadido.

Álamo también ha señalado que “en antiguas y modernas culturas se los ha relacionado con el horror, el infierno y la escatología, y por tanto con una cierta propensión a lo maldito”.

“Aunque esto sea cierto también es verdad que en las sociedades civilizadas cada vez hay una mayor preocupación por salvaguardar el bienestar de todos los animales domésticos, especialmente gatos y perros, pese a que aún puedan quedar algunos restos de disparatados resabios y absurdos prejuicios sobre la supuesta ascendencia demoníaca e infernal de los gatos”.

Si le damos a elegir un par de sus propios aforismos, Álamo escoge dos que tal vez le atañan personalmente: “Cualquier escritor sabe que no hay mejor refugio para el espíritu que la quietud de un gato” y “Puede ser tímido y expansivo a la vez, como cualquier aprendiz de melancolía”. EFE