La jerezana Ana Crismán posa con unas arpas en su casa de Jerez de la Frontera (Cádiz), primera 'arpaora' ya que compone e interpreta flamenco con el arpa. EFE/Roman Ríos

Ana Crismán, una ‘arpaora’ para el flamenco

Jerez de la Frontera (Cádiz) (EFE).- La jerezana Ana Crismán se enamoró del arpa durante un viaje a Irlanda y se decidió a llevar su sonido al territorio flamenco, una aventura que la ha convertido en la primera ‘arpaora’ y que esta semana lleva al Festival de Jerez.

Natural de Jerez de la Frontera (Cádiz), Ana Crismán cuenta que el amor por el arpa surgió cuando escuchó a un músico callejero interpretar el instrumento en Irlanda.

Decidió entonces trasladar este instrumento al flamenco, un arte que le ha acompañado desde su infancia y que ha sido “la banda sonora” de su vida, según ha relatado en una entrevista con EFE.

Consagrada ahora como la única autora en componer e interpretar este género con el arpa como protagonista. Ana Crismán presenta su propuesta el próximo 28 de febrero en el marco del 28 Festival de Jerez.

Ana Crismán tendrá la oportunidad de exponer el proceso creativo de su primer álbum, “Arpaora”, que sitúa como el primer disco de este género que cuenta con el arpa como protagonista.

Arpa y bulerías

A pesar de carecer de educación musical profesional previa, a excepción de las clases de piano que tomó durante su infancia en el conservatorio y que le han aportado ciertas nociones, Crismán decidió arriesgar e invertir sus ahorros en adquirir un arpa con el que intentaría “encontrar” el flamenco.

“Empecé a buscar si había precedentes de artistas que hubiesen utilizado el arpa en el flamenco, aunque para mi sorpresa no encontré nada. Me sorprendió mucho que un instrumento tan hermoso se hubiese quedado fuera de una expresión artística tan rica y diversa como el flamenco”.

El proceso artístico consistió en un aprendizaje autodidacta “muy solitario”. No existen referentes a los que tomar como guía, aunque muy apasionante, pues el arpa le ha permitido encontrar una música que siente “muy adentro”.

“Me enamoré del arpa y tenía muchas ganas de hacerla sonar por soleá o por bulerías. El flamenco es muy amplio, pero el arpa suena en todos los palos. Es una música que he escuchado desde niña y el proceso ha sido muy emocionante”, ha afirmado.

Con esta innovadora iniciativa, Crismán quiere transmitir a su público que existe una necesidad de “revisar los límites”. Que “no está todo inventado”. Y que, a pesar de no ser la forma de representación convencional, el arpa es un instrumento anterior a la guitarra que puede servir como forma de expresión del flamenco.

Arpaora

El título de su álbum, “Arpaora”, es precisamente un guiño a una nueva en el universo del flamenco.

“El flamenco se ha expresado a través de otras disciplinas artísticas, como la pintura o el baile, pero no a través de un arpa. Por eso, emerge una figura sin precedentes, la arpaora, la persona que expresa flamenco a través de un arpa”, ha comentado.

Para el sencillo promocional del disco, ‘Zambra de la luz’, la “arpaora” ha tomado como inspiración la luz que se refleja en las paredes y azulejos de la Alhambra de Granada. Y ha contado con la colaboración del flautista español Jorge Pardo.

El álbum del que formará parte este tema es un recorrido de composiciones y letras propias, representadas con el arpa a través de diferentes estilos de flamenco. Con él Crismán recorre el sur de España, desde paisajes como los girasoles de la provincia de Cádiz a momentos vividos en su lugar de nacimiento, Jerez de la Frontera.

La artista pondrá en escena el próximo miércoles 28 un adelanto de su trabajo en el marco del Festival de Jerez. Una oportunidad que le permite “presentar en casa” el proceso creativo de su álbum de debut. El primer disco de este género que cuenta con el arpa como protagonista. EFE.