Pedro Martínez (Granada) tiene poco más de 1.100 vecinos y una peliculera historia en defensa del pasado y el patrimonio, esa que le ha permitido comprar y rehabilitar un cine del siglo pasado. EFE/Pepe Torres.

El guión de un pueblo rural que se compró un cine

María Ruiz I Granada, (EFE).- Pedro Martínez (Granada) tiene poco más de 1.100 vecinos y una peliculera historia en defensa del pasado y el patrimonio del pueblo rural, esa que le ha permitido comprar y rehabilitar un cine del siglo pasado que conserva las butacas setenteras y la máquina con la que se proyectaban películas, de nuevo en activo.

Las plataformas de contenido audiovisual han cambiado el guión del sector cinematográfico y han quitado de la cartelera esos cines coquetos y de pueblo, espacios casi siempre multiusos que eran poco menos que la estrella de la vida social del siglo pasado.

Ahora que los cines cierran o sobreviven enclaustrados en centros comerciales, ahora que se habla de la España vaciada, del pueblo rural sin acceso a servicios, Pedro Martínez ha dado un giro a la trama para reabrir el mítico Ledy, un espacio que en la década de los sesenta del siglo pasado presumía de ofrecer una de las salas más grandes de la comarca.

Un edificio emblemático

Aunque este sábado llega el final feliz, la historia del Ledy sonaba a tragedia con toques de misterio cuando, en 2015, la familia propietaria de este inmueble ubicado en la calle Guadix de Pedro Martínez decidió venderlo.

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Pedro Martínez (Granada) tiene poco más de 1.100 vecinos y una peliculera historia en defensa del pasado y el patrimonio, esa que le ha permitido comprar y rehabilitar un cine del siglo pasado. EFE/Pepe Torres.

“Se estaba derrumbando pero era un edificio emblemático, especialmente para los que superamos los cincuenta años y lo tenemos relacionado con muchos momentos especiales”, ha explicado a EFE el alcalde de Pedro Martínez, Juan Antonio Fernández.

Puede parecer de ciencia ficción que, en época de crisis y despoblación, el ayuntamiento de un pueblo rural de poco más de 1.100 vecinos decida invertir en comprar un cine, pero el relato es también una apuesta romanticona por el patrimonio, la cultura y el apego a la raíces.

La venta de este cine construido en los sesenta del siglo veinte pilló a Fernández en su estreno como alcalde y lo convirtió en el director de esta aventura casi de película.

La odisea de rehabilitar el inmueble

“No queríamos que se perdiera y cuando lo compramos estaba ya en muy mal estado, con daños en las cubiertas y muchas necesidades”, ha añadido el alcalde.

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Pedro Martínez (Granada) tiene poco más de 1.100 vecinos y una peliculera historia en defensa del pasado y el patrimonio, esa que le ha permitido comprar y rehabilitar un cine del siglo pasado. EFE/Pepe Torres.

Comenzó entonces la odisea de rehabilitar el inmueble, que antes de cerrar fue también la primera sala de bailes para muchos de los vecinos de la zona, y llegaron las ayudas.

La rehabilitación ha supuesto una inversión de 294.000 euros, de los que 250.000 corresponden a fondos europeos aportados a través del Grupo de Desarrollo Rural de Guadix.

Además, la Diputación de Granada sumó en 2016 otra subvención para reparar la cubierta y evitar que el inmueble siguiera deteriorándose.

La apuesta por recuperar el Ledy, uno de los dos cines que funcionaron en Pedro Martínez el siglo pasado, ha permitido que este espacio mantenga la fachada principal y las butacas de los años setenta rehabilitadas, además de la máquina con la que se proyectaban las películas hace 50 años.

El regreso del cine al entorno rural

“Tenemos también una máquina digital para películas de ahora, pero utilizaremos la original para proyectar otras antiguas”, ha adelantado el alcalde, que pedirá en diferentes centros las cintas de metraje antiguo.

El presidente de la Diputación de Granada, José Entrena (PSOE), se ha sumado al estreno, ha felicitado al equipo que apostó por comprar este cine y ha destacado que contar con equipamientos y con una oferta cultural atractiva ayuda a combatir la despoblación.

La vuelta del cine en este pueblo rural permitirá a su vecinos disfrutar de películas gratis todos los fines de semana, una oferta que comienza este sábado con la proyección de “Pan de limón con semillas de amapola” para conmemorar el Día de la Mujer Rural.

El edificio que alberga el cine cuenta con otra zona, en la que residían los propietarios, y donde está proyectado un alojamiento rural, y servirá además para otras actividades culturales. EFE

Edición Web: Luis Ortega