Unos jugadores de la Asociación Malagueña por la Diversidad y el Deporte Adaptado (AMDDA) pelotean en los vestuarios antes de entrenar en el campo de las instalaciones del Olímpica Victoriana Fútbol Club en Málaga. EFE/Jorge Zapata

Jugadores con parálisis cerebral luchan contra los estereotipos

Daniel Luque I

Málaga, (EFE).- La Asociación Malagueña por la Diversidad y el Deporte Adaptado (AMDDA), primer y único club de fútbol andaluz compuesto por personas con parálisis cerebral, compite día tras día a nivel deportivo, pero también contra los estereotipos que buena parte de la sociedad presupone a los integrantes de este colectivo.

El club se formó en 2016, cuando varios amigos con parálisis cerebral se unieron para jugar un partido amistoso. A raíz de ese encuentro reunieron a doce hombres con las mismas características y consiguieron dar forma a un equipo para competir en la liga de la Federación Española de Deportes de Personas con Parálisis Cerebral y Daño Cerebral Adquirido (FEDPC).

En esta competición, los equipos se dividen en tres clases, según el grado de parálisis cerebral de sus componentes. En la primera clase juegan aquellos que tienen más afectación, en segunda clase aquellos con menos y en tercera clase los que han adquirido este daño cerebral a causa, por ejemplo, de un ictus o algún accidente.

Compaginar trabajos y estudios

Este equipo, que trabaja en las instalaciones del Olímpica Victoriana Fútbol Club de la capital, acoge durante sus entrenamientos a todo tipo de varones con diferentes disfunciones, con el objetivo de integrar a jóvenes de distintas capacidades para que puedan competir en equipo y unirse a esta familia deportiva.

La pasión por este equipo –con el que los jugadores compaginan sus trabajos o estudios- es tan grande que hasta el propio presidente del club y también jugador, Alan Pinto, charla con las personas con parálisis cerebral con las que coincide por la calle para darles a conocer el club e invitarles a formar parte, como ha explicado a EFE.

PARALISIS CEREBRAL
MÁLAGA, 30/10/2022.- Unos jugadores de la Asociación Malagueña por la Diversidad y el Deporte Adaptado (AMDDA) entrenan en el campo de las instalaciones del Olímpica Victoriana Fútbol Club en Málaga. EFE/Jorge Zapata

La vocación amistosa con la que AMDDA nació hace seis años ya se ha quedado pequeña para este grupo de luchadores. A nivel deportivo, el club consiguió ganar la Liga en 2021, mientras que a nivel social imparte charlas en colegios y hospitales para explicar que, con esfuerzo y constancia, no existen barreras insuperables.

Los jugadores, que se reúnen todos los jueves y martes para entrenar, compiten algunos fines de semana del año con otros equipos con la misma diversidad funcional, en un total de siete jornadas que finalizan en un “playoff” para determinar el ganador. Para ellos, sin embargo, este club es mucho más que un equipo de fútbol.

Manuel, al que apodan ‘Búho’, tuvo un accidente con un coche cuando tenía seis años y estuvo dos meses y medio en coma.

El club como segunda familia

Sobrevivió milagrosamente aunque sufrió parálisis cerebral, pero nunca aparcó su pasión por el fútbol. Se unió a AMDDA, un club que considera como una segunda familia y en el que se siente integrado y querido por sus “hermanos”.

Existen otros casos como el de Josema, que sufre parálisis desde que nació por falta de oxígeno durante el parto. Este joven de 22 años, que asegura que su vida cambió al unirse al club en 2017, es un ejemplo de que aún con esta diversidad se puede jugar bien con la pelota y va frecuentemente convocado con la Selección Española.

El entrenador del club, Óscar Gil, asegura que “no tiene precio” ver cómo los jugadores se superan día a día y se entregan “en cuerpo y alma”. Cree que la sociedad tiene una percepción errónea de lo que pueden hacer las personas con parálisis cerebral y defiende que el entrenamiento de éstas es igual que el de un equipo habitual, pero “adaptado”.

Los jugadores, que tienen entre 18 y 40 años, ríen en el vestuario, comparten confidencias y salen a entrenar. A pesar de algunos problemas de movilidad, los entrenamientos de estos jugadores no distan mucho de los habituales y demuestran, a pesar de su condición, que la palabra imposible no está en su vocabulario. EFE

Edición Web: Luis Ortega