Ravel, un rotundo fracaso en Málaga dos días antes de estrenar su “Bolero”

José Luis Picón I Málaga (EFE).- El “Bolero” de Maurice Ravel se ha convertido en una de las piezas musicales más tarareadas por el gran público. Pero no se conoce tanto que, solo dos días antes de su estreno en París, el compositor francés ofreció un concierto en Málaga en el que cosechó un rotundo fracaso.

Fue un 20 de noviembre, pero de 1928, cuando, inmerso en una gira por España, el músico llegó a Málaga invitado por su Sociedad Filarmónica, una institución nacida en 1869 y que por tanto ya ha superado los 150 años de historia.

Ravel viajó acompañado de una soprano, Madeleine Grey, y un violinista, Claude Levy, para interpretar sus partituras, explica en una entrevista con EFE el actual presidente de la Sociedad Filarmónica de Málaga, Pablo Lamothe.

Real Conservatorio María Cristina

Real Conservatorio María Cristina

El escenario elegido era el antiguo Real Conservatorio María Cristina, construido en 1871 sobre los restos de un monasterio franciscano del siglo XV y actualmente denominado Sala Unicaja de Conciertos María Cristina al pertenecer a la Fundación Unicaja.

Como señalaba el programa de mano del concierto, fijado para las nueve y media de esa noche, se utilizaría un “piano Bechstein cedido por la casa Juan López” y se interpretarían una serie de piezas repartidas en dos partes.

Cuando Ravel tocaba sus composiciones, “el público se empezó a levantar de sus asientos y a abandonar la sala”, pero sin embargo el músico francés encajó con deportividad el rotundo fracaso que denotaba la reacción de los espectadores.

“A Ravel le pareció que la gente lo hizo con mucha educación y sin aspavientos”, como señaló en los compases finales del concierto a sus compañeros en el escenario, relata Lamothe.

el actual presidente de la Sociedad Filarmónica de Málaga, Pablo Lamothe. EFE/Carlos Diaz

Música estrictamente contemporánea

Seguramente, el rotundo fracaso cosechado por Ravel se debió a que la suya “era una música estrictamente contemporánea, la más antigua podría tener cinco años, y el público no estaba acostumbrado a ella, menos en España y aún menos en Málaga”.

En Madrid o en Barcelona habría causado menos impacto esa música, pero en Málaga no se hacían muchos conciertos de ese tipo. Era una música muy llamativa y tenía un lenguaje muy distinto a lo que se había escuchado en la ciudad”, apunta el presidente de la Sociedad Filarmónica.

Añade que el propio “Bolero”, compuesto como parte de un ballet por encargo de la bailarina Ida Rubinstein, fue “también en su momento una pieza muy vanguardista, porque sin llegar a ser dodecafónica era de una gran modernidad, y en París fue acogido también con una cierta protesta”.

Además del rotundo fracaso sobre el escenario, un resfriado fue el otro recuerdo de esa visita, y es que parece que no le sentó bien el clima malagueño.

Ravel “tenía una salud muy frágil y era una persona muy introvertida, al contrario que su música, que era muy luminosa y alegre en general”, según Lamothe.

Testimonio de Madeleine Grey


Marcel Marnat, biógrafo de Ravel, plasmó el testimonio de Madeleine Grey sobre ese concierto, como recogió Enrique Benítez Palma en el libro “Sociedad Filarmónica de Málaga. 150 años de música”, editado por la Fundación Unicaja.

Recuerdo un concierto en Málaga donde, en pequeños grupos, el público, poco aficionado a la música y menos aún familiarizado con la música moderna, desertaba con discreción y cortesía, pero sin dejar de marcharse”, explicaba Grey.

“El concierto terminó y, cuando llegó el momento de saludar, no teníamos más que filas de asientos vacíos delante de nosotros”, se lamentaba la soprano.

Y añadía Grey que “cualquier otra persona que no fuese Ravel se habría enfadado”, pero para él “la situación fue francamente agradable” y “sintió gran simpatía hacia este público que tenía, a falta de comprensión e incluso de paciencia, el valor de su opinión”. EFE

Edición Web: Violeta Gil