El expresidente de Aragón, Javier Lambán, presenta sus memorias este jueves, en Zaragoza. EFE/ Javier Cebollada

Lambán pretende trascender con unas memorias “sin hiel” y que no son un ajuste de cuentas

Zaragoza, 18 abr (EFE).- El expresidente aragonés Javier Lambán ha sentido desde la adolescencia “emoción política”, como llamaba a la vocación pública Manuel Azaña, y precisamente ese es el título que ha escogido para sus memorias, con las que pretende “trascender” y seguir haciendo política “de otra manera” y que están escritas “sin hiel”. “No son un ajuste de cuentas”, sostiene.

Un libro de memorias que ha presentado públicamente este jueves en la sede de la Diputación de Zaragoza, que el socialista presidió entre 1999 y 2011, en una sala abarrotada y en la que había caras representativas del socialismo aragonés pasado y actual, pero también de otros partidos, entre ellos el actual presidente aragonés, el popular Jorge Azcón, del empresariado o el mismo arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano.

También algunos de sus médicos, para quienes ha tenido un recuerdo emocionado tras hacer público en el libro que a los dos cánceres que ha padecido (por uno de ellos aún sigue tratamiento) se le une una esclerosis múltiple que le fue diagnosticada en 2010 y que tiene de momento, según confiesa en las memorias, los daños “muy acotados”.

El germen de este libro, ha relatado el propio Lambán, hay que buscarlo en las elecciones del 28 de mayo de 2023, en la noche “horrorosa” de la debacle electoral del PSOE y tras la que supo que no sería presidente de Aragón por tercera legislatura consecutiva.

Primero pensó en proponerle a Azcón gobernar dos años cada uno, ha bromeado, pero inmediatamente después se le ocurrió escribir unas memorias acotadas a sus ocho años de gobierno, que más tarde se transformaron en un relato completo de su vida tras una propuesta en este sentido recibida por la editorial La esfera de los libros y a pesar de sus reticencias iniciales.

“Dudé -ha dicho- del interés de unas memorias de un político de provincias”.

Y así surgió este volumen, unas memorias “escritas de memoria”, tal y como las ha definido en el acto el periodista Sergio del Molino, en el que no rehuye los encontronazos que ha mantenido Lambán con la dirección federal de su partido y especialmente con su secretario general, Pedro Sánchez, a quien no obstante ha asegurado que respeta y con el que llegó a mantener incluso una relación personal.

“No es un alegato contra Pedro Sánchez” y, de hecho, ha explicado que intentó que lo que escribiera sobre él lo fuera “desde el punto de vista de un historiador”, lo que Lambán es.

Pero en el libro no se esconde de sus divergencias con Sánchez desde 2015, ante quien ha tratado de mantener una posición con “lealtad y serenidad”, exigiendo su “derecho a opinar libremente”. “El día que el PSOE deje de ser ese espacio de debate, dejará de ser mi partido”, ha enfatizado.

Aludiendo a esa “emoción política”, Lambán ha revelado que una vez que deje su responsabilidad orgánica como secretario general del PSOE de Aragón (algo que desea suceda “cuanto antes”), va a seguir estando en política “de otra manera”, colaborando para “salvar al país de la deriva preocupante y equívoca”, aunque ninguno de los dos grandes partidos, PSOE y PP, estén “por la labor”.

Y para conseguir este objetivo los “odios y malquerencias” son “un inconveniente”.

Lambán, ante los problemas actuales, propone una reacción cívica, porque opina que desde 2015 los gobiernos solo se ocupan de cuestiones menores y las grandes reformas no se abordan y se acumulan.

A Azcón, sentado en primera fila, le ha hecho una advertencia: Aragón, como pasó con la frustrada aspiración de organizar unos Juegos Olímpicos de Invierno junto con Cataluña, tendrá que sacarse las castañas del fuego “bien sola”, porque ayuda del Gobierno de España, de cualquier color, puede esperar “bien poca”.

Y para terminar la presentación, antes de dedicarse a firmar decenas de ejemplares, se ha declarado “profundamente aragonés” y ha reivindicado lo que un día dijo de él Federico Jiménez Losantos: que a su lado, Paco Martínez Soria parecía andaluz.