Elena Allué (2i), Xavier de Pedro (d) y Marina Sevilla (i) del denominado sector crítico del Partido Aragonés (PAR). EFE/Javier Cebollada

Los críticos del PAR llaman a la reconciliación sin Arturo Aliaga, por “tramposo”

Zaragoza (EFE).- El denominado sector crítico del Partido Aragonés (PAR) ha apelado a la unidad y reconciliación de la formación sin la presencia de su actual presidente, Arturo Aliaga, de quien piden su cese y la expulsión como militante, por “tramposo” y haber “traicionado” todos los postulados ideológicos del partido.

Son las condiciones que han impuesto Elena Allué, quien competía con Aliaga por la presidencia del PAR en el último congreso, Xavier de Pedro, expresidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro e impulsor de la demanda contra el resultado de dicho cónclave, estimada en parte por el juzgado de primera instancia número 18 de Zaragoza, y Marina Sevilla, militante que demandó a su partido vulneración del derecho de asociación.

Según De Pedro la sentencia anula el congreso y la elección de Arturo Aliaga y de su ejecutiva por “un pucherazo” de 311 votantes “irregulares” que condicionaron la elección de los compromisarios y descompensó el peso de la circunscripción de Zaragoza a favor de las de Huesca y Teruel.

Aliaga no es “un presidente legítimo”

En opinión de De Pedro, “Aliaga no es un presidente legítimo del PAR” y le acusa de ser responsable del “fraude electoral, porque hizo un certificado, que se ha demostrado fraudulento, para que se admitieran los 311 militantes fraudulentos o ficticios”.

Así, le acusa de “traicionar” la democracia interna del partido y de “atentar” contra los derechos fundamentales de los asociados, calificado como “infracción muy grave” que “debe conllevar la suspensión de militancia y expulsión del PAR”. “No puede haber tramposos en el PAR, la situación es de suma gravedad”, ha insistido.

Una vez anulado el congreso, los críticos del PAR reclaman una reunión la comisión ejecutiva anterior para aprobar un nuevo reglamento sin los 311 militantes irregulares y los compromisarios correspondientes por la circunscripción de Zaragoza y convocar un nuevo congreso en el que, advierten, no puede presentarse Aliaga bajo el argumento de que “ha traicionado todos los postulados de la A a la Z” en aspectos como la custodia compartida, los impuestos, el pacto del agua, la financiación o la escuela concertada, durante la vicepresidencia del Gobierno autonómico.

“Hay que reconstruir el PAR”

“No existe el PAR, hay que reconstruirlo y unir a todos los que creen que es esencial en la política aragonesa” ha defendido el expresidente de la CHE quien advierte que en el caso de que en la Ejecutiva “se vuelva a insistir en la conducta de imponer decisiones por mayoría que van contra intereses del partido”, como es la expulsión de Aliaga, se dará de baja como militante, porque, a su juicio, “no es cuestión de mayorías en la Ejecutiva, es un juego de aplicación de las normas”.

Elena Allué (i) y Xavier de Pedro (d), críticos del PAR. EFE/Javier Cebollada

Elena Allué está convencida de la posibilidad de acercamiento entre las diversas corrientes del PAR para la reconciliación: “Estamos más cerca de lo que pensamos pero para eso primero hay que poner en su sitio a quien ha echado gasolina al fuego”, es responsable de “provocar los enfrentamientos” y de una “política despótica, personalista, sin mujeres y subordinando los intereses del partido para mantenerse en el poder”.

Allué le ha acusado de “pervertir las reglas de la democracia y de un congreso” con “trampas para un partido que veía perdido” con un “espectáculo bochornoso” por el que “tiene que pedir disculpas al partido y aragoneses”.

Sentencia histórica y ejemplarizante

Por eso cree que se trata de una “sentencia histórica” que tendrá repercusiones a nivel nacional, “porque marca un antes y un después en la política del país” y es “ejemplarizante”.

También considera “indigno” que Aliaga siga presidiendo el partido o permanezca como militante porque “nadie ha hecho tanto daño y contribuido tanto para que el PAR desaparezca. Más de 40 años de historia no se merece este final” ha sentenciado Allué que tampoco entiende “para qué queremos un presidente del PAR que no ha visitado el territorio ni entrevistado con sus representantes”.

“Si esto ha sido capaz de hacerlo a sus compañeros del partido, qué será capaz de hacer en las instituciones que gobierna. No tiene legitimidad ni honor para ser ni presidente del PAR ni vicepresidente del Gobierno en nombre del partido” y es por lo que ha reclamado al presidente de Aragón, Javier Lambán, que si no dimite sea él el que adopte la decisión.

Pero también pide a los territorios afectados (Huesca y Teruel) que reflexionen sobre las personas de las que tienen que pedir la expulsión y dimisión por haber participado en las “irregularidades y soluciones”.

Perdonar y reparar

Preguntada si habría continuado formando parte del cuartripartito que sustenta a Lambán de ser ella la presidenta, ha dicho que le habría preguntado a su militancia “la conveniencia de seguir o no, que es lo que no se ha hecho en estos cuatro años de gobierno” mientras que Aliaga solo quería la presidencia del PAR “para mantenerse en la vicepresidencia”, y ha recordado que esta formación ya ha participado en gobiernos de coalición con el PP y PSOE y “ha hecho papel fundamental para sostener la estabilidad”.

Marina Sevilla se ha mostrado partidaria de “perdonar y ser generosos por todas partes” pero también reparar y “lo que no puede hacer Aliaga es secuestrar otra vez el PAR bajo la legitimidad que dice tener por ser el presidente”, motivo por el que “no solo pediremos la expulsión en la comisión de garantías sino la suspensión de militancia de forma inmediata”.

Aunque han “perdido un año” para poder forjar todo el trabajo previo que requiere la formalización de candidaturas para las próximas elecciones, Allué cree que “si hay espacio a la reconciliación y unidad hay tiempo suficiente para presentar una opción válida y necesaria para Aragón como es el PAR, el partido de los aragoneses”.

Lambán descarta la dimisión o el cese de Aliaga

El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, hace declaraciones a los medios en las Cortes. EFE/ Javier Cebollada

Por su parte, el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, ha mostrado su apoyo “absolutamente claro” al vicepresidente de su ejecutivo, Arturo Aliaga, del PAR, cuya dimisión o cese ha descartado después de la sentencia.

Lambán ha rehusado opinar sobre “asuntos internos” de otros partidos, pero en su condición de presidente del gobierno que vicepreside Aliaga ha asegurado que el líder del PAR es “un hombre de una integridad moral a prueba de bombas, como seguramente hay pocos en la política aragonesa”.

Acreditada vocación de servicio a Aragón

Según Lambán, en estos cuatro años de legislatura, Aliaga ha demostrado “una acreditada vocación de servicio a Aragón” y ha sido “clave” para un gobierno estable, “moderado y transversal; un gobierno ideal”. Por eso, “bajo ningún concepto” Lambán ha pensado en pedirle que dimita ni en cesarlo.

Sin ánimo de meterse en los asuntos del PAR, ha pedido a “otras” fuerzas políticas, que han hecho “declaraciones muy fuertes”, que hagan lo mismo y que dejen que el Partido Aragonés “resuelva sus problemas” como entienda. Se refería veladamente al presidente del PP de Aragón, Jorge Azcón, quien ayer, tras conocer la sentencia, dijo que un “tramposo” no podía formar parte del gobierno.

“Y que a este hombre de una vez se le respete, porque lo que ha pasado en tres años y pico, con una larga y penosa enfermedad; las caricias entre comillas provenientes de algunos de sus más inmediatos no se lo deseo a nadie, porque merece afecto y respeto y yo se profeso todo”, ha recalcado.

Su deseo ahora es que el PAR, cuya comisión ejecutiva ha sido convocada por Aliaga para mañana viernes, actúe “con libertad”.
Ha dicho Lambán que este es un “un partido histórico que ha sido elemento de concordia y estabilidad, el “clavico del abanico”, al que hay que ayudar a que siga siendo “un partido importante”.

En cualquier caso, ha llamado la atención sobre el hecho de que es “la primera vez” que una parte de un partido lleva a los tribunales a otra parte, aunque se le ocurren “otros cuantos casos en los que había materia punible”.