El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo de Gran Canaria, en cooperación con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, realizó este jueves una suelta de casi 50 pardelas recuperadas en diferentes puntos de Gran Canaria. EFE/Ángel Medina G.

50 pardelas retoman su viaje trasatlántico desde Gran Canaria tras tropezar con las luces de la ciudad

Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- Medio centenar de pardelas localizadas aturdidas en una noche y una mañana tras quedar deslumbradas por las luces de la ciudad han regresado a su viaje trasatlántico desde un mirador de Las Palmas de Gran Canaria, tras ser recuperadas por la ciudadanía.

Esta suelta organizada del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Gran Canaria, en colaboración con la concejalía de Ciudad de Mar de Las Palmas, ha devuelto a las pardelas accidentadas a su ruta natural, ya que a finales de octubre y principios de noviembre esta especie emprende su vuelo por el océano y suele desorientarse y deslumbrarse con las luces de las áreas urbanas.

El director del Centro de Recuperación, el veterinario Pascual Calabuig, ha explicado que estas 50 pardelas han sido recogidas por ciudadanos en apenas una noche y un amanecer, tras quedar “encandiladas por las luces”, por lo que ha pedido ayuda a todos “para que no caigan”, para lo que basta con el gesto de apagar “las máximas luces posibles durante estos diez días”.

“Cuantas más luces apaguemos menos pardelas caerán” en un periodo que llega hasta el 8 de noviembre aproximadamente, ha explicado.

“Las localizadas se sueltan y no pasa nada, pero siempre hay un 5 % que perdemos o sufren accidentes graves y no es posible recuperarlas”, ha continuado, porque las pardelas “son aves con un reloj biológico muy fuerte y con un mecanismo que no puede pararse”.

Los ejemplares que han sido liberados este jueves en Las Palmas de Gran Canaria “no volverán a tocar tierra en cinco meses”, ya que viajarán hasta Brasil “apoyadas en el viento” en un viaje que cruza el Atlántico.

El recorrido lo harán en un sentido y el otro, ya que las pardelas regresarán posteriormente a Sudáfrica y luego a Namibia, “una caladero muy importante y con un banco pesquero de una riqueza impresionante” donde las aves tienen mucha comida.

Las pardelas “siempre viven en verano, moviéndose en el invierno del norte al verano austral” y volverán a las islas cuando llegue nuevamente la primavera.

La especie tiene “un recorrido impresionante”, ya que la vuelta es un viaje a lo largo del océano “por amor”, ha expresado Calabuig, que hacen “para reencontrarse con su pareja, a la que le son fieles durante décadas, a veces hasta 50 años”, porque son aves especialmente longevas.

Las pardelas “no se reconocen en el mar, solo en la cueva a la que regresan cada año” en la que “se esperan uno a otro hasta que finaliza el viaje” de su pareja.

Suelta de pardelas desde la costa de Las Coloradas, en Las Palmas de Gran Canaria. EFE/Ángel Medina G.

Las crías esperan el momento de emprender el vuelo en esta época tan concreta del año “en la que la luces de los núcleos urbanos las encandilan” por lo que Calabuig ha pedido hacer un esfuerzo “por apenas 10 días” que son los que necesitan estas aves para continuar su ruta.

En esta línea, el concejal de Turismo de Las Palmas de Gran Canaria, Pedro Quevedo, ha explicado que ya están trabajando en una fórmula para atenuar las luces de la avenida de Las Canteras en este periodo, porque como ha expresado “el sistema no permite hacerlo de forma automática” aunque ha garantizado que se buscará la mejor alternativa para ayudar a las pardelas en este periodo.

Estas pardelas liberadas han sido en su mayor parte recuperadas por la ciudadanía, que en caso de encontrar un ejemplar debe “ponerlo a salvo, cogiéndolo con cuidado con una toalla” y meterlo en una caja. Una vez puesto a salvo, hay que llevarlo a una comisaría de la Policía Local o un cuartel de la Guardia Civil.

En caso de no poder trasladarla, se puede llamar al 112 para que vayan a buscarla y porque hay profesionales especializados en su recogida, incluso en trabajos verticales, ha señalado Quevedo.

El veterinario Pascual Calabuig ha detallado que resulta habitual que las pardelas caigan en zonas como Agaete, Gáldar, en el entorno de los grandes hoteles del sur de Gran Canaria, en los campos de fútbol o avenidas muy iluminadas de los núcleos urbanos, como la playa de Las Canteras.

José Quintana, vecino de Guanarteme, es uno de los muchos vecinos que han ayudado a poner a salvo a las pardelas accidentadas y ha ayudado a ponerlas de nuevo en libertad. Solo él ha recogido media docena en la zona de La Cícer en la playa de Las Canteras en la última semana. EFE