Santa Cruz de Tenerife (EFE).- Los cabildos de Tenerife, La Palma y Gran Canaria han evidenciado este lunes su apuesta por la explotación de la energía geotérmica, una fuente “sostenible y estable”, es decir, no dependiente del viento, las olas o la luz solar, defienden desde las corporaciones insulares.
Estos tres cabildos, con el asesoramiento del Instituto Tecnológico de Energías Renovables (ITER), han promovido sendos consorcios público-privados para concurrir a las ayudas del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) para estudios de viabilidad de proyectos de aprovechamiento de energía geotérmica profunda.
Una de las condiciones para acceder a estas ayudas, cuantificadas en 15 millones de euros para cada una de estas tres islas, más Lanzarote, que no ha concurrido, es obtener los derechos mineros de las zonas seleccionadas para hacer perforaciones, o al menos haberse presentado al concurso convocado por el Gobierno de Canarias.
Y a ese concurso se ha presentado, al menos en el caso de Tenerife, Repsol, que no se ha integrado al consorcio liderado por el Cabildo, según ha podido saber EFE, con lo que cabe la posibilidad de que esos 15 millones puedan dividirse en proyectos diferentes.
Lo mismo puede suceder en Gran Canaria, donde una empresa concurre por su cuenta, según ha revelado en rueda de prensa Raúl García, consejero insular de Desarrollo Económico.
El responsable del área de Innovación del Cabildo de Tenerife, Juan José Martínez, ha indicado que para una de las tres cuadrículas seleccionadas en esta isla, en base a trabajos en superficie previos, solo se ha presentado al concurso de explotación minera el consorcio público-privado en el que participan varias empresas, entre ellas DISA.
Fernando González, consejero de Hacienda del Cabildo de La Palma, ha explicado que se han seleccionado para este concurso empresas de interés público relacionadas con el agua habida cuenta de que casi el 20% del consumo de energía eléctrica actual en la isla lo representan las comunidades de regantes.
En todo caso, ha dicho González, “la participación está abierta”, igual que ha subrayado su homólogo en el Cabildo de Gran Canaria, quien ha añadido: “cada uno se posiciona como cree conveniente. Quienes no han entrado en el consorcio es porque no han querido”.
El director científico del ITER, Nemesio Pérez, ha recalcado que a iniciativa de los cabildos se celebraron reuniones en la Cámara de Comercio y la CEOE a las que estuvieron invitadas empresas locales y multinacionales, y ha lamentado que haya quienes no se hayan sumado al “sentido común” y prefieran ser “cabeza de ratón antes que cola de león”.

Tenerife ha presentado tres propuestas específicas para hacer catas a profundidades de entre 1.000 y 2.500 metros; Gran Canaria una y La Palma, dos, con un coste aproximado de 30 millones de euros cada una.
Los dominios mineros seleccionados son “los que tienen mejor pinta” y han sido elegidos tras diez años de análisis en superficie, ha indicado Nemesio Pérez.
“No nos presentaríamos si no estuviéramos convencidos de que hay potencial”, ha apuntado Raúl García, del Cabildo de Gran Canaria, en tanto que su colega de Tenerife, Juan José Martínez, ha hablado de zonas escogidas por sus “indicios sólidos” de yacimientos geotérmicos susceptibles de explotación.
Martínez ha admitido que el gasto “se dispara” a la hora de hacer las catas, más aún en la fase definitiva de explotación del recurso, en torno a los 180 millones de euros.
Nemesio Pérez ha advertido de que pueden suceder varias cosas durante la fase de exploración: no encontrar recurso hidrotermal de interés, con lo que “se podría decir que se han enterrado 30 y pico millones”, o encontrarlo.
Y en ese caso, puede pasar que no sea técnica ni económicamente viable su explotación, porque las temperaturas del agua no sean suficientemente altas para generar energía eléctrica y otras derivadas. Pero si resulta que sí lo es sería “encontrar la gallina de los huevos de oro”, ha aseverado Pérez.
Ha recordado que desde la década de los 70 del siglo pasado se sabe que Canarias es la única zona de España con recursos geotérmicos de alta entalpía (temperatura superior a los 150 grados), por lo que cree que se debe correr el riesgo, como coloquialmente se dice: “quien quiere lapas, que se moje el culo”.
Aun admitiendo su desconocimiento sobre los plazos para la puesta en marcha de una planta geotérmica, ha calculado que en caso de que todo salga bien podrían instalarse “posiblemente en 2030”, aunque a renglón seguido ha pedido “no vender el oso antes de cazarlo”.
El director científico del ITER ha recordado que en Gran Canaria y Tenerife se realizaron en el siglo pasado sondeos a entre 700 y 1.000 metros de profundidad y arrojaron unos gradientes geotérmicos (variación de la temperatura en la corteza terrestre) hasta tres veces superiores a los normales.
En todo caso, ha indicado que en terrenos basálticos, como los de Canarias, las catas se han de hacer a partir de los 1.000 metros.
Canarias, por su naturaleza volcánica, es la región española mejor posicionada para generar electricidad a partir de la geotermia, destaca el ITER, que habla de esta fuente de energía como “una gran aliada renovable” del sistema eléctrico al poderse controlar en todo momento la producción de este recurso.
Algo que resulta “especialmente estratégico” en territorios insulares, al actuar como “respaldo” para el resto de renovables interrumpibles, como la fotovoltaica o la eólica.
Según consta en el documento de visión de la Plataforma Española Tecnológica y de Innovación de Geotermia (GEOPLAT) publicado en 2010, el potencial de generación eléctrica para Canarias en el horizonte de 2020 era de 255 megavatios de potencia instalada.
Un dato “teórico” que solo se sabrá cuando se acceda al recurso, ha apostillado Pérez.
Fernando González, del Cabildo de La Palma, ha señalado que el caso de esta isla presenta “muchas similitudes” con San Miguel, en Azores, donde la geotermia representa el 45% del mix energético.
Sumada al resto de renovables podría rozar el 50% en La Palma, ha calculado el consejero.
Nemesio Pérez ha insistido en que la geotermia “asegura carga base” al sistema energético, permite regular la penetración de renovables intermitentes, “es estable y disponible las 24 horas y está bajo nuestros pies”.
Además, podría tener diferentes usos en Canarias, desde mover una planta eléctrica hasta el procesado de alimentos, la refrigeración, e incluso como atractivo turístico al estilo del Blue Lagoon en Islandia.
A todos estos beneficios se sumaría la conveniencia de su explotación estando Canarias a las puertas de la emergencia energética y como forma de robustecer la “soberanía energética”, ha observado Raúl García, quien en todo caso no ve que a corto plazo pudiera suponer un alivio de los precios.