Una vez terminada la campaña de incendios, los Equipos de Intervención y Refuerzo en Incendios Forestales (EIRIF) centran sus trabajo en la prevención de riesgos y disminución de combustible de los montes canarios con el objetivo de evitar nuevos incendios como los ocurridos el pasado verano. En la imagen, miembros de una brigada EIRIF realizan labores de poda este viernes en el municipio de El Paso (La Palma). EFE/ Luis G Morera

Los EIRIF intervienen en los montes de La Palma para reforzar la resiliencia del bosque

El Paso (La Palma) (EFE).- Una vez terminada la campaña de incendios, los Equipos de Intervención y Refuerzo en Incendios Forestales (EIRIF) centran sus trabajo en la prevención de riesgos y disminución de combustible de los montes canarios con el objetivo de evitar nuevos incendios como los ocurridos el pasado verano.

Estas labores consisten en la poda de ramas bajas del pinar canario, la reducción de la densidad forestal con la tala de los ejemplares que tienen menor posibilidad de supervivencia, e incluso la eliminación de tocones con criterios paisajísticos.

Según ha afirmado el director general de Espacios Naturales y Biodiversidad del Gobierno canario, Miguel Ángel Morcuende, dependiente de la Consejería de Transición Ecológica, estas tareas que están acometiendo las EIRIF “son una forma de gestión adelantándose a la naturaleza”.

Morcuende ha explicado que “muchos de los árboles que están en nuestros bosques en un futuro más o menos próximo se quedarían sumergidos debajo de otros pinos, provocando su muerte”, por lo que considera que lo que hacen las brigadas “aparte de prevención pura y dura de incendios, es adelantarse y tratar de buscar una estructura de bosque maduro”.

Los bosques “maduros” mantienen mejor la humedad ambiental y resisten más eficazmente la sequía y la erosión, además de que aprovechan la propia humedad, la madera gruesa y la diversidad de tamaños y formas de los árboles para que los incendios que llegan tengan mayor dificultad de avance.

Estos trabajos, denominados silvícolas, se centran en áreas cercanas a estructuras habitadas y zonas de alto riesgo de incendio forestal, como los exteriores del Parque Nacional Caldera de Taburiente o las zonas altas de Santa Cruz de La Palma, en el caso de la Isla Bonita.