Santander (EFE).- El acusado de asesinar a la mujer que tenía a este hombre acogido en su piso de Santander ha confesado este lunes, ante un jurado popular, que la mató asfixiándola con una almohada.
Sin embargo, en el juicio que se celebra desde este lunes, con jurado popular, en la Audiencia de Cantabria, el hombre ha asegurado que su intención era taparle la boca para que no gritara, pero no acabar con su vida.
“Pido perdón y disculpas por lo sucedido a los familiares”, ha dicho este hombre, de 38 años, que se enfrenta a 20 años de prisión por un delito de asesinato.

En el primer día del juicio, el hombre, que llevaba un mes y medio viviendo con la víctima cuando ocurrieron los hechos -el 22 de febrero de 2022-, ha dicho que discutía habitualmente con ella por su adicción a la cocaína.
Este hombre, que no había declarado hasta ahora, ha explicado que el día de la muerte de la mujer había consumido hasta ocho gramos de cocaína.
Al llegar la noche, ha explicado que inició una discusión con la mujer, de 69 años, porque quería seguir drogándose.
Según ha añadido, la mujer le “controlaba” y entraba a su habitación habitualmente para pedirle que no se drogara, por lo que esa noche, decidió atarla para que no le molestara porque tenía “ansiedad” y “miedo”.
“Yo solo quería consumir”
“Me sentía desesperado, yo solo quería consumir en mi habitación”, ha insistido.
El ministerio fiscal relata en su escrito de acusación que después de ser atada, la víctima logró llamar al teléfono de emergencias, al que manifestó su situación y que el hombre la querían matar y asfixiar.
Debido a esta llamada, la Policía acudió al domicilio, por lo que al oír la puerta, el hombre, según ha confesado, fue a taparle la boca con una almohada.
“En ningún momento la quise matar”, ha reiterado el acusado, quien ha insistido en que su intención era que la mujer no gritara para que la policía se fuera y poder “consumir tranquilo”.
Unos 20 minutos tapándola con una almohada
Según su versión, estuvo unos 20 minutos tapándole con la almohada, hasta que la policía echó la puerta abajo, un tiempo en el que ha asegurado, la víctima estaba viva y se movía.
El hombre ha incidido en varias ocasiones en que “no era consciente” de sus actos por estar drogado y que su situación personal esos meses era “mala” por su adicción.

Tras la declaración del acusado, está previsto que el juicio, que durará toda la semana, continúe mañana, martes, con la declaración de los testigos.
El fiscal, quien al inicio del juicio ha pedido al jurado “sentido común”, solicita 20 años de prisión para este hombre y que indemnice a las hijas de la víctima con 85.200 euros.
Las hijas piden prisión permanente revisable
La acusación particular, que representa a las hijas de la mujer, eleva la pena a prisión permanente revisable y pide 110.760 euros de indemnización, ya que, según ha argumentado el letrado, la víctima estaba atada y tenía una discapacidad física.
La defensa, que ha incidido en la adicción del acusado, ha reconocido que el hombre es “culpable de matar a una persona”, pero considera que la ató “con la única finalidad de consumir droga y después desatarla”.
Por tanto, califica los hechos como homicidio y no asesinato con la concurrencia de la eximente incompleta de alteración psíquica o la atenuante de drogadicción.