Santander (EFE).- La plaza del Ayuntamiento de Santander ha acogido este miércoles el reparto de más de mil raciones de roscón de Reyes y chocolate solidario, con el objetivo de que ningún niño de la ciudad se quede sin regalos este sábado.
Con el simbólico precio de 1 euro, cientos de personas se han juntado en la plaza santanderina para recoger su roscón, que ha sido repartido por la Asociación para la Cabalgata de Reyes de la ciudad y el Ayuntamiento de Santander.
“Hemos buscado que no sea relleno, queremos que la gente lo deguste con el chocolate, para poder mojarlo”, ha explicado el presidente de la Asociación de Cocineros de Cantabria, Floren Bueyes, que también ha participado en la iniciativa solidaria.
En total, según ha explicado el presidente de la Asociación para la Organización de la Cabalgata, Manuel Moxo, una treintena de niños se verán beneficiados de esta iniciativa, para “acompañarles en esa noche mágica”.
Aunque desde esta organización echan en falta “más esponsorizaciones”, confían en una gran recaudación, ya que mucha gente aporta más de un euro cuando recoge su roscón.
El reparto ha sido amenizado por el grupo ‘La última y nos vamos’, que ha ayudado a pasar más rápida la larga cola de vecinos.
Para el año que viene, más
“Viendo la cola, habrá que pensar en hacer más raciones”, ha indicado el concejal de Dinamización Social, Fran Arias.
El edil ha indicado a los medios de comunicación que el año que viene el Ayuntamiento buscará aportar “más solidaridad” para llegar hasta las 2.000 raciones.
La impresión general de los vecinos que han podido degustar el dulce es que está “muy bueno”, y el chocolate, “riquísimo”, aunque hay diversidad de opiniones sobre cómo comerlo, si relleno de “trufa, crema o nata” o sin nada.
Y los hay incluso que vienen desde Italia, aunque no exclusivamente para comer el tradicional dulce. “Nosotros tenemos pannetone, pero el roscón está muy bueno también”, dicen.
Pero todos coinciden en que lo que mejor sabe “es la solidaridad.
“Si se puede ayudar, todo lo que se pueda, hay que hacerlo”, cuenta un vecino.
“Cuesta un euro, es prácticamente regalado y ya no es por el dinero, es para ayudar a la gente”, indica otro.
