La flota del norte de España última los preparativos, en el puerto de Santoña, para afrontar la costera del bocarte. EFE/ Miguel Ramos

La flota se prepara para una costera de la anchoa de récord

Laredo (EFE).- La flota del norte de España última los preparativos para afrontar a partir del 1 de marzo -a falta de que se publique la resolución- la costera del bocarte (anchoa), la primera gran cita del año en el Cantábrico que contará, desde el cierre del caladero en 2006, con una cuota récord de capturas de 31.615 toneladas.

Esas cifras presagian una productiva campaña para un sector que, por instinto, desconfía de lo que luego pueda deparar la mar, con un ojo puesto en la subida progresiva del precio del combustible y expectante por el rédito del género tras la venta en lonja.

El presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria, César Nates, ha reconocido a EFE que la treintena de cerqueros de la región “tienen ya muchas ganas” de salir a faenar tras meses parados.

Ha mostrado su satisfacción por que los informes científicos “avalan” la biomasa de la anchoa y, por ello, la Unión Europea permite el máximo total de capturas dentro del plan de gestión de la especie (33.000 toneladas).

Ese hecho, a juicio de Nates, repercute en que España cuente con una “muy buena cuota”, en concreto, 1.433 toneladas más que en 2023.

Primer año sin “sobrepesca”

Y a eso añade el excedente no agotado de la anterior campaña, los acuerdos con Francia y, por primera vez en años, que se esté libre de multas por “sobrepesca”.

“Creo que no necesitamos más, porque podría ser hasta contraproducente para el precio de venta”, ha subrayado Nates.

Al hilo, ha recordado que en la costera del año pasado se registró una subida del precio medio de la anchoa gracias a que su tamaño fue “excepcionalmente grande”.

Para el primer semestre se prevé destinar el 85 por ciento del Total Admisible de Capturas (TAC), mientras que para la segunda parte del año se reserva el resto de la cuota con el objetivo de estirar la pesquería a, prácticamente, todo el año.

También, como en ediciones anteriores, en los primeros compases se establecerán unos topes de descargas diarios por tipo de embarcación y de 60 granos por kilo, de cara a contar con un bocarte de mayor envergadura.

Jurel prohibido y caballa ausente

En el otro lado de la balanza se encuentra el jurel, que Bruselas, por segundo año consecutivo, prohíbe pescar de forma directa, al mismo tiempo que reduce, incluso, el número permitido que cae en las redes de forma accidental.

Y es que se trata de una especie que sirve también de sustento a las embarcaciones de cerco, junto a la caballa (verdel) que aún permanece esquiva en las aguas del Cantábrico.

“Ya llevamos 4 o 5 años con un verdel que aparece en marzo, pero la gente está tranquila porque ya saben que hay que esperar”, ha matizado el representante de los pescadores cántabros.

Atentos se mantienen, asimismo, los pescadores de otras artes de Cantabria que también aguardan a que se publique la resolución que abra la pesquería del verdel para este sector.

Mientras llega la apertura del caladero de la anchoa, algunos cerqueros calientan motores y faenan por la zona de Francia para largar a sardina, aunque los patrones reconocen que “solo se está cubriendo gastos”.

Autor: Miguel Ramos