El Ecoparque de Trasmiera se ha postulado como modelo de turismo integral en Cantabria al ofrecer experiencias culturales, patrimoniales y gastronómicas bajo un entorno natural protegido y con una apuesta decidida hacia la sostenibilidad, de cara a mejorar la calidad de vida de visitantes y residentes, con idea de recuperar los activos degradados y olvidados de este territorio, que abarca las localidades de Arnuero, Castillo, Isla y Soano. En la imagen, Marisma de Joyel. EFE/ Miguel Ramos

Ecoparque de Trasmiera, un modelo sostenible de turismo integral

Arnuero (Cantabria), 5 dic (EFE).- El Ecoparque de Trasmiera se ha postulado como modelo de turismo integral en Cantabria al ofrecer experiencias culturales, patrimoniales y gastronómicas bajo un entorno natural protegido y con una apuesta decidida hacia la sostenibilidad, de cara a mejorar la calidad de vida de visitantes y residentes.

El Ecoparque de Trasmiera se ha postulado como modelo de turismo integral en Cantabria al ofrecer experiencias culturales, patrimoniales y gastronómicas bajo un entorno natural protegido y con una apuesta decidida hacia la sostenibilidad, de cara a mejorar la calidad de vida de visitantes y residentes, con idea de recuperar los activos degradados y olvidados de este territorio, que abarca las localidades de Arnuero, Castillo, Isla y Soano. En la imagen, playa de Los Barcos de Isla. EFE/ Miguel Ramos

La idea de recuperar los activos degradados y olvidados de este territorio, que abarca las localidades de Arnuero, Castillo, Isla y Soano, surgió hace dos décadas para contrarrestar la imagen de un urbanismo “salvaje” suscitado en el municipio, por unas viviendas ilegalmente construidas a pie de costa.

El Ecoparque de Trasmiera se ha postulado como modelo de turismo integral en Cantabria al ofrecer experiencias culturales, patrimoniales y gastronómicas bajo un entorno natural protegido y con una apuesta decidida hacia la sostenibilidad, de cara a mejorar la calidad de vida de visitantes y residentes, con idea de recuperar los activos degradados y olvidados de este territorio, que abarca las localidades de Arnuero, Castillo, Isla y Soano. En la imagen, playa de Los Barcos de Isla. EFE/ Miguel Ramos

Se trataba de ofrecer al turista “algo más que sol y playa”, explica a EFE el alcalde de Arnuero, José Manuel Igual, que apostó por un instrumento desvinculado a la propia gestión municipal para lograr una solución turística que ha sido reconocida a nivel nacional y europeo.

De ahí nació el Ecoparque de Trasmiera, pero no como una actuación “singular”, sino como un amplio “plan estratégico” que contemplaba la recuperación del entorno medioambiental de la marisma de Joyel, la puesta a punto de antiguas edificaciones y su transformación en centros de interpretación, la adaptación de una red de sendas para disfrutar de la naturaleza o la potenciación de una gastronomía identitaria.

Su director, Ramón Meneses, pone el ejemplo del Molino de Santa Olaja, cuya maquinaria se encontraba deteriorada pero que, desde 2003, ofrece la posibilidad de conocer de primera mano cómo se molía con la fuerza del agua en los siglos XV-XVI.

O la Casa de Mareas, una antigua estabulación ganadera en donde se desgrana el comportamiento de las mareas, de los habitantes de la marisma, los ecosistemas próximos, el cambio climático y algunas de las especies más significativas del litoral, como es la langosta.

No en vano, en 1906 la localidad de Isla fue declarada puerto de exportación de este crustáceo por el Ministerio de Economía y se construyeron viveros y espacios dedicados a esa actividad.

También se ha regenerado la parte de la marisma Joyel que acumulaba residuos, tanto urbanos como inertes, y que ha propiciado la aparición progresiva de aves migratorias o estacionales para su observación.

Otro de los puntos fuertes del proyecto ha sido la restauración patrimonial del casco histórico de Isla o el lavado del antiguo hospital de peregrinos, que se ha adaptado como albergue para los aventureros del Camino de Santiago.

También está el Observatorio del Arte de Arnuero, que pone de relieve la importancia de los artífices trasmeranos que recorrieron España, Portugal y parte de América y que, especializados en los oficios de arquitectura, cantería, escultura y campanería, dejaron su legado en el patrimonio religioso y civil.

El último centro de interpretación de este espacio está dedicado a la figura del aviador local Salvador Hedilla, considerado un pionero a la hora de cruzar la Península y Baleares y que murió joven en un accidente aéreo.

Todo este esqueleto de infraestructuras y medios para el disfrute del visitante se complementa con un programa de ocio, cultura o deporte, como el Concurso Internacional de Música de Cámara, la Feria del Pimiento, exposiciones de arte contemporáneo, la carrera de montaña Trail Ecoparque Trasmiera o un certamen literario.

Con visión de futuro, Meneses ha avanzado que, bajo la premisa de “Ecoparque 3.0 Territorio Vitamina”, se va desarrollar en la próxima década un Plan de Sostenibilidad Turística en Destino basado en la movilidad sostenible, la eficiencia energética y la puesta en marcha de la Casa de Baños.

Esto es, una explotación de aguas mineromedicinales, ligada a un proyecto de investigación, para el aprovechamiento de los caparazones de los crustáceos como colágenos y, así, favorecer la curación de problemas de piel o articulaciones.

Si bien el Ecoparque de Trasmiera permanece abierto todo el año, ante el masivo número de visitantes que se aglutinan, sobre todo, los meses de verano, también se incidirá en la instalación de “aparcamientos disuasorios” en favor de promover una “calidad en las visitas y los servicios” y cooperar en la convivencia con los residentes locales.

Miguel Ramos