Vista del juicio contra el acusado de matar a su mujer en La Puebla de Almoradiel (Toledo) en enero de 2020. EFE/Ismael Herrero

Condenado a 22 años de cárcel por matar a su exmujer

Toledo (EFE).- La Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a 22 años y 6 meses de prisión al acusado de matar a puñaladas con cuchillo de cocina a su exmujer en La Puebla de Almoradiel (Toledo) en enero de 2020, durante una discusión en el domicilio donde ambos vivían, pese a estar divorciados.

Según la sentencia hecha pública este martes, en su fallo, el juez ha tenido en cuenta el veredicto de culpabilidad emitido por los miembros del jurado popular, así como las agravantes de parentesco y de género y la atenuante de confesión de los hechos.

Además de la cárcel, al acusado se le priva de la patria potestad de sus hijos menores y se le prohíbe comunicarse y aproximarse a menos de 500 metros del lugar donde se encuentren durante 35 años.

Los hechos ocurrieron el 21 de enero de 2020

En la sentencia se considera probado que en la noche del 21 de enero de 2020, el condenado y su exmujer iniciaron una discusión en el domicilio en que convivían, pese a estar divorciados, en presencia de su hija de 13 años, porque la mujer le dijo a su exmarido que su madre se marchara de la casa.

En un momento determinado de la discusión, el hombre cogió un cuchillo de cocina, de forma que cuando su exmujer, en actitud evasiva le dio la espalda y se encogió para cubrirse, le propinó “con intención de acabar con su vida o aceptando que dicho resultado pudiera producirse, sin que ella tuviese posibilidad alguna de defenderse”, dos puñaladas en la espalda.

Estas puñaladas le afectaron al corazón y después, al incorporarse, le propinó varias puñaladas más en el tórax, en el antebrazo, en las manos y en una pierna, que le provocaron la muerte instantánea.

Llamó al 112 para contarlo, pero dijo que no quería ayuda

A continuación, una media hora después, el hombre llamó al 112 diciendo que había matado a su mujer, que la había apuñalado en el corazón, de forma que cuando desde el servicio de emergencias le ofrecieron ayuda, dijo, “con ánimo de prolongar su agonía, que no quería ayuda, que se muriera”.

Dejó claro que esta llamada era para comunicar que había matado a su mujer y entregarse a las autoridades y preguntó si iba a venir alguien de parte del cuartel, ante lo cual se quedó en casa a la espera de ser detenido.

El condenado deberá indemnizar a sus dos hijos menores con 200.000 euros a cada uno, cantidad que será recibida por la tutora legal de los menores, sin perjuicio de lo establecido en la Ley de ayudas y asistencia a víctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual.

Para el cumplimiento de la pena privativa de libertad impuesta, se tendrá en cuenta el tiempo que el condenado ha estado en prisión preventiva, es decir, desde el día siguiente a la comisión del delito, cuando fue encarcelado.