Valladolid (EFE).- La conservación del patrimonio histórico y artístico de Castilla y León será objeto durante los próximos años de un nuevo modelo “enfocado a la utilidad y rentabilidad sociales”, ha anunciado este lunes en Valladolid el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo.
El crecimiento económico, la generación de empleo y la sujeción demográfica en el medio rural inspiran este rumbo que tendrá su primer acomodo en la elaboración del nuevo Plan de Conservación del Patrimonio (2023-2026) y en la futura ley de Patrimonio Cultural, ha añadido delante del consejero de Cultura, Gonzalo Santonja.

Las líneas generales de esa estrategia girarán en torno al patrimonio, el paisaje y las personas con la concertación público-privada necesaria para afrontar el elevado coste de la conservación del patrimonio histórico y artístico, antes de conferirle un uso que garantice su pervivencia y no se vea abocado de nuevo a la ruina.
A ello contribuirán también “las nuevas líneas de subvención” previstas para el próximo ejercicio, ya que la conservación “es fundamental a corto, medio y largo plazo para el crecimiento económico y social de Castilla y León”, ha agregado el vicepresidente.
Los equipamientos culturales y la hostelería, como ya ocurre en algunas iglesias desacralizadas y monasterios sin vida contemplativa, son algunos de los usos que García-Gallardo ha puesto como ejemplo “para generar riqueza y luchar contra la despoblación”.
García-Gallardo y Gonzalo Santonja han presentado este lunes en Valladolid una base de datos digital sobre la situación de los monasterios y conventos de Castilla y León: uso actual, estado de conservación, titularidad y tipo de protección cultural, entre otros datos sobre los 405 cenobios censados y que son objeto de este estudio.
Fruto principalmente de las desamortizaciones de los gobiernos liberales del siglo XIX (exclaustración forzosa, expropiación de bienes y pública subasta en lotes), el 53 por ciento de los monasterios (iglesia, residencia y dependencias anejas) es de titularidad privada, el 25 por ciento de propiedad eclesiástica y el 22 en manos públicas.
Algo menos de la mitad, el 43 por ciento, conserva actividad religiosa, el 28 permanece desocupado y el 29 por ciento del total ha cambiado de uso (equipamientos culturales y hostelería), según el estudio presentado y que ha coordinado Isaac Mendoza, técnico de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte.
No llegan a doscientos (175) los monasterios ocupados por 1.144 residentes, a una media de trece por unidad, donde Burgos es la provincia que aglutina una mayor proporción (22), mientras que Segovia suma la media más baja de inquilinos (7).
El 74 por ciento de los recintos monásticos censados se encuentran en un buen o muy buen estado de conservación frente al 18 por ciento en situación de ruina.
La disminución de las vocaciones religiosas, la avanzada edad de los frailes y monjas, así como la “compleja propiedad” de los conventos han sido las causas principales de un “deterioro progresivo” y dificultan cualquier intento de conservación de los mismos, ha explicado el coordinador.
Esta base de datos es la primera sobre el diagnóstico del patrimonio histórico y artístico de Castilla y León, en diversas modalidades, que ha a anunciado García-Gallardo, quien ha expresado su sorpresa ante el hecho de que no se hubiera hecho con anterioridad. EFE