El entrenador Valladolid, del José Rojo "Pacheta", durante el partido que enfrentó al Real Valladolid y al Betis en el estadio José Zorrilla en Valladolid, este domingo. EFE/ R. García

El 6-0 ante el Madrid rompe lealtades y fulmina a “Pacheta”



Inés Morencia | Valladolid (EFE).- El 6-0 ante el Real Madrid ha roto lealtades y ha provocado que el Real Valladolid “fulmine” a José Rojo “Pacheta”, a quien ha destituido de su cargo como entrenador, pocos días después de que el director del gabinete de Presidencia, David Espinar, asegurase que el club confiaba “al cien por cien” en el técnico burgalés.


No solo se trata de haber sufrido un resultado en contra tremendamente abultado, sino que lo más grave ha sido la pésima imagen mostrada por el equipo blanquivioleta en el Santiago Bernabéu, en el que se planteó un sorprendente esquema, con cinco defensas y tres centrocampistas, que ya generaba demasiadas dudas, antes incluso de saltar al terreno de juego.


Sobre todo, porque “Pacheta” había asegurado, en la previa de este choque, que su equipo estaba preparado para “ganar” a los madrileños, ya que además habían contado con más días de los habituales para preparar la cita. Con los que no contaba era con Machís y Larin. Y ha quedado claro que, sin estas dos piezas, el barco empieza a zozobrar y termina hundido.

Pacheta en su último partido como entrenador del Real Valladolid. EFE/ Rodrigo Jimenez

La afición lo tilda de “ridículo”


Las críticas de la afición han sido demoledoras, tras el “ridículo” -en palabras de seguidores blanquivioletas- sufrido en el Santiago Bernabéu, con un Ronaldo Nazário que, según comentaban algunos en redes sociales “disfrutaba” con los goles del club del que es embajador mundial. Pero se ve que bien, lo que se dice bien, no le sentaron.


Lo que es evidente es que, puesto que no se puede echar a jugadores, el que paga los platos rotos es el técnico quien, además, no tuvo ningún problema a la hora de asumir su culpabilidad de manera exclusiva, como lo ha hecho en anteriores ocasiones, demostrando así una gran generosidad.


Y sí, es un gesto paternal. Porque resulta más que evidente que hay futbolistas que no están dando la talla, que están jugando en una categoría que, por calidad, no les corresponde. Pero él ha tratado de tener a toda la plantilla contenta, repartiendo minutos entre todos, cuando muchos no se lo han merecido.

Los “niños bonitos”


También están los “niños bonitos”. Los que han contado con la confianza del míster pero cuya aportación no ha sido determinante. Al menos no para garantizarse tanto protagonismo. Porque se esperaba más de ellos. De los que se supone que tienen un futuro prometedor, y de los que deberían hacer valer su bagaje profesional y su experiencia para añadir un plus al juego del equipo.


Nunca es justo hacer un análisis a toro pasado. Menos cuando la persona de la que se habla ha demostrado una gran empatía a la hora de tratar a su plantilla -aunque en algunas situaciones también ha sido algo incongruente en sus mensajes-, pero está claro que las cosas no acababan de funcionar.


Eso sí, una vez fue capaz de superar la racha de cinco derrotas consecutivas y obtener resultados que han permitido al Real Valladolid salir de los puestos de descenso, parecía haber encontrado el camino hacia la salvación, aunque no sin sufrimiento, porque es de recibo recordar que esta liga está siendo muy igualada y competida, y nadie tiene asegurado el triunfo, ni siquiera en su feudo.

Sustituto


La Dirección Deportiva del club está trabajando para hallar cuanto antes un sustituto para “Pacheta”, puesto que este domingo el equipo afronta un importante partido contra el Mallorca, en el que van a estar en juego más que tres puntos, de cara a esa lucha por la permanencia.


Este martes, el entrenador de Salas de los Infantes se despedirá del Real Valladolid en rueda de prensa, en la que será su última comparecencia ante los medios en el estadio José Zorrilla, donde parecen haberse olvidado los buenos momentos vividos, para dar paso a una nueva etapa que permita abordar, con mano dura y firme, una difícil recta final de temporada. EFE