Laura López | Segovia (EFE).- La tenue luz de las velas y las antorchas de los feligreses han arropado al Santo Cristo de la Paciencia, cargado por dieciséis fieles, en un inédito viacrucis por la Judería Nueva de Segovia y su angosta escalera.
La imagen del cristo subiendo por esta sinuosa calle del histórico barrio del recinto amurallado, abrigado por unas nuevas marchas compuestas para la ocasión, ha sobrecogido a vecinos y visitantes, muchos fieles y algunos curiosos de la Semana Santa de Segovia.

Este momento único ha sido una feliz consecuencia de las obras que se están realizando en la actualidad en la calle Daoiz -la que une la Plaza Mayor con el Alcázar- y que han obligado a la Feligresía de San Andrés a modificar su habitual recorrido.
“Según han venido las circunstancias, nos hemos ido amoldando. Si no hubiera sido por esto, no nos habríamos planteado el cambio de recorrido y gracias a eso hemos hecho uno mucho más vistoso que otros años”, ha relatado a EFE el presidente de la feligresía, Luis Gómez.
Inédito viacrucis por la Judería Nueva
Guiados por una cruz de guía de madera con adornos en dorado, han abierto el cortejo procesional los feligreses -muchos de ellos, niños- portando antorchas y ataviados con una túnica negra con capuchón ceñida a la cintura con un cordón y guantes blancos.
Antes del paso, diferentes fieles han llevado el estandarte de la Feligresía con el escudo bordado a mano en seda blanca, el farol, el incensario, la naveta de plata del siglo XVI y la cruz procesional de plata, del mismo siglo, acompañada por dos ciriales plateados.

Con los dieciséis cargadores portando al cristo y la banda al final, el cortejo ha desfilado desde la iglesia de San Andrés por las callejuelas del centro histórico de Segovia y se ha detenido en las catorces estaciones propias del viacrucis, una de ellas a mitad de la calle Velarde, bajo el Arco de la Claustra.
Allí, la banda “El Cirineo”, propia de la feligresía, ha entonado una marcha especial con zanfonía -un instrumento tradicional castellano de cuerda- y después la comitiva ha continuado hasta el Alcázar de Segovia.
La virgen del Socorro
Después, los fieles han seguido la muralla hasta la plaza del Socorro, donde también se han detenido para honrar con otra composición a la virgen del Socorro, que esperaba asomada sobre la Puerta de San Andrés, la más destacada de la fortificación.
Tras este emotivo momento, la comitiva ha emprendido la ascensión por la estrecha escalera de la Judería Nueva para continuar su camino hasta la Plaza de la Merced y volver, de nuevo, hasta la iglesia.
Para realizar este novedoso desfile con éxito, han sido necesarios más ensayos de los habituales: comenzaron en febrero y primero se desarrollaron en la iglesia; luego, en la Plaza de la Merced y, finalmente, en las propias calles para poder cuadrar bien los tiempos, según ha explicado Luis Gómez.
En el caso de la banda, las pruebas comenzaron incluso antes, en el mes de octubre, ya que el grupo ha estrenado marchas nuevas, de composición propia, para la ocasión.
“Es un día muy especial, es el momento de poner en marcha lo que has estado preparando durante un montón de meses para que todo salga como has previsto, es un día de mucha devoción”, ha relatado Gómez.
La Feligresía de San Andrés, fundada en 1979, tiene en la actualidad unos 180 miembros y es la primera asociación de Segovia que volvió a sacar a su imagen en andas, en 2007, después de que se impusieran las ruedas a partir de los años noventa, algo que en opinión de Gómez da más “solemnidad” y “vistosidad” al desfile.
Se trata además de una asociación joven, con una Junta recientemente renovada y encabezada por este feligrés de tan solo 26 años, que cree que la feligresía “tiene asegurado el relevo”.
Cantera en el barrio
“Es un barrio de gente mayor pero que han traído siempre a sus hijos y a los más jóvenes a vivir lo que han vivido ellos de pequeños, por lo que tenemos bastante cantera”, ha celebrado.
Hasta mediados de los ochenta, este viacrucis se realizaba con el Cristo Yacente, una talla barroca del siglo XVII realizada por Gregorio Fernández, pero desde que la Catedral de Segovia limitó su uso al Viernes Santo, el protagonismo ha pasado al Cristo de la Paciencia.
Se trata de un modelo de la primera mitad del siglo XVI que fue “repolicromado” y colocado en otra cruz en épocas posteriores y, aunque se desconoce su autor, se sabe que esta talla corresponde a las corrientes renacentistas que llegaron a España en esa época por medio de artistas formados en talleres italianos.
Por eso la feligresía destaca de ella que aúna “la perfección y la belleza de Italia” con “la expresividad y dramatismo del gusto español”. EFE