León (EFE). – El catedrático de Sanidad Animal Juan José Badiola, director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles de la Universidad de Zaragoza, ha valorado este lunes en León la “buena noticia” que supone el fin del uso de la mascarilla en el ámbito sanitario, pero se ha mostrado previsor y ha recomendado “guardarlas para el futuro y no hace falta decir el motivo”.
Después de que el Consejo Interterritorial de Salud respaldara la pasada semana la retirada definitiva de la obligatoriedad de las mascarillas en centros de salud, hospitales, farmacias y otros centros sociosanitarios, y solo se mantenga en zonas hospitalarias con críticos, Badiola ha indicado que le surgen dudas sobre si sería la necesario mantener su uso en ciertas partes del sistema sanitario como las urgencias.

Así lo ha destacado en un rueda de presa que ha ofrecido minutos antes de ser investido doctor honoris causa por la Universidad de León, en la que ha destacado que esta medida “parece el cierre oficial de la pandemia” después de unos años muy duros.
“Para combatir la pandemia hemos contado con dos herramientas clave que han sido las mascarillas y las vacunas, y las primeras son un producto baratito cuya ayuda para contener el virus ha sido impresionante”, ha destacado el investigador, que ha añadido que defendió “a capa y espada las dos medidas”.
Badiola y la tuberculosis bovina
El catedrático de Sanidad Animal Juan José Badiola, director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles de la Universidad de Zaragoza, ha subrayado este lunes en León que ante enfermedades como la tuberculosis bovina o la brucelosis “lo primero es salvaguardar la salud de los ciudadanos”.

Así se ha referido al investigador a la polémica en torno a la norma de la Junta de Castilla y León que flexibilizó el control sobre la tuberculosis bovina, que arrancó a mediados de mayo de forma silenciosa, pero con el paso de los días ganó protagonismo por el enfrentamiento político y por la violenta protesta de unos ganaderos salmantinos, para concluir, tras una resolución judicial, en la vuelta a la norma anterior.
Asunto conflictivo
Badiola ha admitido que se trata de un asunto conflictivo porque se mezclan cuestiones sanitarias con políticas, y ha insistido en “que no se puede tomar decisiones alegremente con una enfermedad que es transmisible a las personas”.
Ha recordado que también se dispone de un plan nacional de control la tuberculosis, y ha subrayado que a los ganaderos “les cuesta trabajo entender lo estrictos que son los programa sanitarios para la erradicación de la enfermedad, que es lo mismo que eliminarla de la faz del territorio”.
“Esa es la política de la UE y hay que se constante y meticuloso”, ha abundado Badiola, que ha admitido que “siempre quedan elementos residuales y eso hace que los ganaderos se sientan descorazonados” y ha apostado por, en esa fase, “estudiar caso a caso para evitar males mayores”. EFE