La directora Laura Ferrés posa durante la presentación de primer largometraje "La imatge permanent" (La imagen permanente), nueva baza española en la 68 ª edición de la Seminci, este jueves en Valladolid. EFE/ Nacho Gallego

Laura Ferrés medita sobre la herida del tiempo en su ópera prima “La imatge permanent”

Valladolid (EFE).- El paso del tiempo, inexorable e ineluctable, ha obsesionado al ser humano desde el principio de los tiempos: filósofos, pensadores, escritores y cineastas como Laura Ferrés que ha explorado esa herida dentro del filme “La imatge permanent”, su ópera prima, estrenada este viernes en Valladolid.


Dos generaciones de una misma familia ha confrontado Ferrés (El Prat de Llobregat, Barcelona, 1989) en su primer largometraje de ficción, muy aplaudido durante su estreno en la sección oficial de la 68ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), un festival donde se fogueó como cortometrajista.


Entre el documental y la ficción se debate la nueva realizadora española dentro de un juego de espejos en el que una generación se refleja en la siguiente, sin grandes cambios vitales en lo esencial, hasta configurar una misma y perdurable apariencia: la imagen permanente con que ha bautizado su carta de presentación.

La directora Laura Ferrés posa durante la presentación de primer largometraje “La imatge permanent” (La imagen permanente), nueva baza española en la 68 ª edición de la Seminci, este jueves en Valladolid. EFE/ Nacho Gallego


La herida del tiempo


El paso del tiempo es el que articula esta reflexión, visible no sólo en los rasgos físicos de sus protagonistas sino también en la mentalidad, canciones, indumentaria y dedicaciones que Ferrés ha aderezado desde planteamientos colindantes a la antropología y sociología que ella misma ha reconocido.


“Me interesan las películas donde confluyen la antropología y la sociología con la ficción, al tiempo que cada vez más la fantasía… y voy a tirar por ahí”, ha explicado durante una rueda de prensa que ha compartido con dos de sus improvisadas actrices, personas sin vinculación cinematográfica y debutantes como ella.


“La imatge permanent” está basada en las raíces maternas de la directora, radicada en la provincia de Córdoba, donde sitúa como niña de la posguerra -que evoca a través de fotografías, canciones y publicidad y comentarios- a la mujer que emigra a Barcelona y protagoniza la segunda parte del relato.


La emigración a Cataluña de numerosas familias andaluzas durante la posguerra, en busca de posibles, subyace dentro de un metraje de tinte documental aunque envuelto en ficción, que Ferrés ha definido como “un viaje a mis raíces”.


Al servicio de un imaginario propio, por la cinta desfilan asuntos como el trabajo, la publicidad y las formas de vida como una manera de articular un universo personal en el que mezcla “géneros, tonos y humor porque, si no lo incluyes, no tienes una película seria”, ha reflexionado con una paradoja.


“Me gusta mezclar cosas aparentemente antagónicas, bascular entre el naturalismo y el artificio a través de actores debutantes y localizaciones reales” para tratar de desentrañar “el misterio de lo cotidiano, ha apuntado.


Cine historicista


Después de Ken Loach, que este viernes abrochará la Seminci en su vertiente competitiva, probablemente sea Marco Bellocchio el realizador más veterano de esta 68ª Seminci que ha recurrido a su prestigiosa figura para cubrir la cuota histórica e historicista que tradicionalmente ha observado este festival.


Bellocchio ha firmado con “El rapto” un impecable relato historicista centrado en la figura de Pío IX, protagonista de uno de los papados más longevos, más de tres décadas que concluyeron con la pérdida del imperio pontificio previo a la unificación italiana, y que el realizador ha repasado con el detonante de un caso real, el secuestro de un niño judío que supuestamente había sido cristianado.


Pío IX (1792-1878), lo anota de pasada Bellocchio en el filme, también pasó a la historia por haber proclamado en 1854 el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, de la que era muy devoto un repostero granadino de finales del XIX, hasta el punto de que bautizó con el nombre del papa el ‘pionono’, un pequeño pastel de su creación rematado en forma de coronilla, la del padre santo.


Cine italiano


Más cine italiano a concurso ha dejado esta jornada la 68ª Seminci con Alice Rohrwacher y su “La quimera”, una fábula sobre el deseo frustrado, no realizado, que cada cual persigue en la vida, entre ellos los protagonistas de su película, una banda de ladrones de arqueología.


Entre ellos figura Arthur, interpretado por el británico Josh O’Connor, quien además del enriquecimiento rápido anhela otra quimera, el amor de una joven, una posibilidad frente a otras más cierta, el afecto que le profesa la madre de ésta, interpretada por Isabella Rossellini, la hija de Roberto Rossellini. EFE