Laura Rodríguez Blanco
Barcelona (EFE).- La pandemia de covid ha agravado los problemas de salud mental en las cárceles catalanas, con un 40% de presos con trastornos psicológicos y la cifra más alta de suicidios desde que existen estadísticas, hasta el punto de convertirse en la principal causa de muerte en centros penitenciarios en 2022.
Según datos del Departamento de Justicia, el año pasado se contabilizaron 14 suicidios de las 39 muertes ocurridas en las prisiones catalanas, mientras que en 2019, antes de la pandemia, fueron 28 los fallecidos bajo custodia de la administración penitenciaria, de los cuales siete se habían quitado la vida.
Se trata de una tendencia que ha ido en alza desde que Justicia tiene publicadas estadísticas de defunciones, alcanzando en 2022 la cifra más alta recogida.
Desde este departamento achacan este aumento a “la pandemia y las situaciones de confinamiento extraordinario que se han vivido en las prisiones”, así como “el aumento de la desesperanza en la postpandemia”, según una portavoz de la consellería.
Por su parte, José Navarro, portavoz de la asociación para el monitoreo del sistema penal OBSERVA, considera que “estas personas están bajo tutela efectiva del Estado, y cuando las cifras de suicidio van al alza es que, sin duda, algo falla”.
En declaraciones a EFE, Navarro han señalado que esto se debe a diversos factores, “desde la presencia de personas con padecimientos mentales que no deberían estar bajo tal régimen disciplinario, pasando por el mismo entorno carcelario, caracterizado por la violencia y la tensión”.
Durante el confinamiento se sumó el hecho de que “muchas personas privadas de libertad vieron retrasados sus permisos, salidas programadas y progresiones de grado, en fin, su
derecho a la reinserción”, según OBSERVA.
Un estudio del propio Departamento y de la Asociación Justícia i Pau apunta a que este fenómeno se debe “a la alta presencia de personas con sufrimientos y problemáticas vinculadas a la salud mental en las prisiones, una prevalencia hasta siete veces más mayor que en el conjunto de la población”.
La ansiedad, el principal problema de salud mental
Las cifras de ese mismo estudio revelan que alrededor de un 40% de la población reclusa sufre algún tipo de trastorno mental. La ansiedad es el problema más presente en los centros penitenciarios, que en 2022 padecía un 39,62% de los reclusos.
Se trata de una cifra muy elevada en comparación con la población general, en la que este porcentaje es del 17,97%, según el Instituto Catalán de la Salud.
Desde OBSERVA han reconocido que en muchos casos se trata de una parte de la población con problemas de salud previos, que “sumado a contextos desfavorables acaban delinquiendo y ocupando las plazas del sistema judicial y penitenciario, en lugar de ser acogidos y tratados de una manera terapéutica”, dice Navarro.

Sin embargo, denuncian que la respuesta de la administración ante manifestaciones de este problema, como autolesiones o conflictos entre internos, “sea en la mayoría de ocasiones el aislamiento, la contención mecánica, las sanciones disciplinarias y la regresión de estas personas a regímenes de vida en primer grado”.
Estas sanciones pueden “empeorar el sufrimiento y los trastornos mentales”, de acuerdo con el informe ‘La salud mental en el sistema penitenciario catalán’, que remarca que “es justamente en los internos sometidos a estos regímenes donde se ha detectado un índice más elevado de suicidios”.
Un plan de prevención de los suicidios
El pasado diciembre, la consellera de Justicia, Gemma Ubasart, anunció que habían firmado un convenio con el Departamento de Salud para prevenir los suicidios y mejorar la intervención en las unidades de aislamiento, así como que suprimirían el método de contención mecánica, que había sido recuperada por su predecesora, Lourdes Ciuró de JxCat.
Desde la consellería de Justicia aseguran que están trabajando “en un paquete de medidas extraordinarias para atacar esta problemática” que todavía no pueden concretar. El Departament señala la pandemia y el confinamiento como uno de los principales causantes del aumento en los suicidios.
En un comunicado, OBSERVA señalaba que ante esta situación deberían de “aplicarse otras medidas que ya se contemplan en el ordenamiento jurídico, como son las suspensiones de condena por enfermedad mental y la derivación de estas personas a los recursos sociosanitarios externos al sistema penitenciario”.
Además, desde esta asociación llaman la atención al respecto de 127 muertes que han sucedido en los últimos años en las cárceles y cuyo motivo se encuentra indeterminado bajo la categoría de “etiología pendiente” y reclaman “el derecho de las familias a saber la causa de la muerte de su ser querido”.