Zoe Corpas
Barcelona (EFE).- El chef argentino Aníbal Bonino ha sido el escogido para dar una nueva vida al Pinotxo, el mítico bar del mercado de La Boqueria de Barcelona, en el que asume el “desafío” de seguir sirviendo sus tradicionales platos catalanes tras pasar por los fogones de varios países latinoamericanos y de Europa.
El bar, que cerró tras anunciar el traspaso del local hace unas semanas, vuelve así a subir la persiana bajo el mismo nombre de siempre pero con un equipo de cocina renovado.
Desde que el dueño del Pinotxo, Juanito Bayén, vendió el local, han sido muchas las especulaciones acerca del futuro del establecimiento. Sin embargo, aunque los propietarios y los cocineros sean otros, el Pinotxo es el mismo de siempre y la comida también.
El nuevo chef, Aníbal Bonino, ha explicado a EFE que por ahora los típicos platos de siempre como “el capipota, el fricandó, el estofado, los callos, los garbanzos con morcilla y las judías con chipirones” van a seguir estando en la carta.
“Todos estos platos siguen, vamos a tratar de que continúen y vamos a tratar de mejorarlos”, cuenta el cocinero argentino.
Bonino había sido fiel cliente del bar Pinotxo durante 20 años hasta que a finales de febrero recibió una llamada de los nuevos dueños, los vecinos del Bar Central. “Había una amistad con la gente de La Boqueria, y fui sugerido como cocinero”, explica Bonino.
En cuestión de días, el cocinero argentino ya estaba tras los fogones del pequeño bar cercano a las Ramblas, del cual había sido cliente durante años.
De la provincia de Santa Fe a Europa
Nacido en Sastre y Ortiz, en la provincia de Santa Fe (Argentina), Bonino desde joven tenía ganas de viajar y vivir nuevas experiencias fuera del país. Así que, después de estar trabajando en las cocinas de distintos países de Latinoamérica, decidió ir a conocer Europa.
Su labor como chef le ha permitido visitar lugares conocidos por su característica gastronomía. “Estuve viviendo en la Toscana y en la Liguria, en Italia. Pasé por Francia, hice algo en Alemania también”, explica el cocinero.
Finalmente, se asentó en la ciudad de Barcelona y estuvo trabajando en una variedad de restaurantes argentinos como el 9 Reinas o La Ternerita. En el año 2010 dio clases de cocina en el mismo Mercado de La Boqueria, donde hay una escuela, y ahora ha vuelto otra vez para ofrecer sus artes culinarias.
Fieles a lo que es el Pinotxo
Para Bonino es un gran honor formar parte del Pinotxo, pero también un reto. “Es una gran desafío, de verdad, y trataremos todo el equipo de hacer las cosas lo mejor posible y que se note poco que hay un cambio”, ha explicado.
En el mercado varios puestos ofrecen platos típicos de la gastronomía argentina, como las empanadas de carne, ahora muy de moda.

Sin embargo, Bonino no tiene en mente cocinar comida de su país de origen. “Si incorporamos algunos platos, serán catalanes porque el espíritu de Pinotxo es comida tradicional catalana y trataremos de no cambiar”, ha apuntado.
El menú del bar sigue siendo el mismo de siempre y por ahora no hay planes de cambiarlo. “Nos vamos a mantener fieles a lo que es el Pinotxo”, ha asegurado el chef.
Hasta la fecha las reacciones al cambio de propietarios han sido muy buenas, según el cocinero. Tanto los clientes de toda la vida, los turistas, como los críticos gastronómicos han pasado por el mercado para disfrutar de la comida de Bonino.
Es inevitable que los clientes habituales del histórico bar hagan comparaciones y busquen el sabor de siempre, pero Bonino y su equipo se proponen imitarlo lo mejor posible y mantener viva la esencia del Pinotxo.
El cocinero recibe con una sonrisa a todo aquel que quiera pasar por el bar y dar su opinión. “Si hay que cambiar o mejorar algo” para que la comida sea lo más parecida a la original, “lo haremos”, ha asegurado.
Está claro que ni el particular carácter de Juanito ni su comida podrán ser sustituidos, pero Aníbal Bonino y su brigada esperan que los clientes que pasen por el Pinotxo se queden con lo mejor que tienen: “un buen servicio, una cercanía y la buena cocina”.