Cerdanyola del Vallès (Barcelona) (EFE).- La UAB ha hecho autocrítica este viernes por la gestión de casos de acoso entre la indignación de los alumnos, que han protestado con pancartas contra el último caso conocido, el del catedrático de filología española Ángel Gallego, suspendido a un año y dos meses de empleo y sueldo.
Además de Gallego, que también ha quedado apartado de la coordinación del examen de castellano de las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), el pasado día 14 trascendió que la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha apartado de la docencia cautelarmente a otro docente.
Se trata de un catedrático de Física a quien la Audiencia Provincial de Barcelona ha ratificado la condena a un año y medio de cárcel por agresiones sexuales continuadas sobre una doctoranda de la facultad de ciencias durante dos años.
Incapaces de dar suficiente confianza
La secretaria general y responsable de las políticas de igualdad de la UAB, Esther Zapater, ha admitido este viernes de que no han sido “capaces de dar suficiente confianza” a las víctimas, pese a que ha asegurado que “han sido acompañadas”, pero todo debería haber sido “más ágil y eficiente”, ha reconocido en una rueda de prensa.
En el campus universitario, los estudiantes esperaban este viernes a Gallego con pancartas acusándolo de acosador. Si bien la suspensión entra en vigor la próxima semana, el docente ya no ha acudido a la universidad hoy.
Ocho estudiantes de doctorado de la Facultad de Letras de la UAB denunciaron a este profesor de filología española por presuntas amenazas, presiones y, en uno de los casos, también por acoso sexual.
La denuncia se interpuso ante el rectorado hace más de un año pero no ha sido hasta ahora que la UAB ha decidido suspenderlo de empleo y sueldo a partir de la semana que viene.
Además del caso de Gallego, en los últimos dos años la UAB ha abierto cuatro expedientes disciplinarios por acoso sexual.