Varios voluntarios preparan lotes de comida en el almacén de la Cruz Roja en Mataró (Barcelona).

La Cruz Roja atendió a 157.656 personas en extrema vulnerabilidad, un 31 % más que hace 4 años

Barcelona (EFE).- La Cruz Roja de Cataluña atendió el año pasado a 157.656 personas en situación de extrema vulnerabilidad, la cifra más alta de los últimos 4 años y un 31% más que en 2019, además de prestar ayuda a 42.000 refugiados de Ucrania.

El presidente de la organización humanitaria, Josep Quitet, junto con la coordinadora y la secretaria de Cruz Roja en Cataluña, Anna Sabaté y Helena Fontanet, han presentado la memoria de actividades de la entidad en 2022, en una rueda de prensa en Barcelona.

En total, el número de personas atendidas en Cataluña el pasado 2022 se elevó a 422.324, un 57 % de las cuales fueron mujeres y el restante 43 %, hombres.

De estas más de 422.000 personas, 157.656 se encontraban en situación de extrema vulnerabilidad, es decir, muchas personas solas, enfermas, que no pueden pagar los suministros básicos de agua, luz o gas, que cobran prestaciones mínimas y que, en muchos casos, “deben elegir abonar los recibos básicos o bien comer”, ha indicado Quintet.

Estas 157.656 personas han recibido apoyo para cubrir sus necesidades básicas de alimentación, higiene, material escolar, ayudas para pagar agua, luz o gas, y supone un 31 % más que en 2019, según los datos facilitados hoy.

“Se trata de la cifra más alta de los últimos cuatro años y refleja un aumento sostenido de la pobreza estructural agudizada a causa de la crisis generada por la pandemia, el cambio climático y el conflicto de Ucrania”, ha indicado el presidente.

Ha añadido que “antes del año 2008, atendíamos principalmente a personas mayores”, pero esto cambió con la crisis económica y se ha agravado con la pandemia y el incremento de los precios.

Ahora, el perfil de las personas que piden ayuda son, en parte, trabajadores que tienen un sueldo pequeño y no les alcanza para hacer frente al aumento de los precios del último año, o bien personas con prestaciones muy mínimas en las que la pobreza se ha cronificado.

Muchas de estas personas que trabajan no cumplen los mínimos marcados por la administración para poder recibir prestaciones como el Ingreso Mínimo Vital (IMV), que gestiona el Gobierno a través de internet, “una barrera que se convierte en insalvable para estas personas”, ha considerado Sabaté.

“Las personas vulnerables necesitan un acompañamiento y la progresiva falta de presencialidad” en algunos servicios públicos, como la gestión de una prestación básica como el IMV les complica la vida, ha opinado la coordinadora de Cruz Roja, que ha reclamado a la administración la simplificación de estos procesos.

Durante el año pasado, la entidad ha dado asistencia en Cataluña a 42.800 personas llegadas de Ucrania a causa del conflicto y ha alojado a 20.791 de ellas en 41 municipios.

Actualmente, 2.000 de estas personas continúan recibiendo los recursos de primera acogida y unas 400 ya están preparadas para ser autónomos, según la entidad.

Aparte de este grupo, la mayoría de personas refugiadas atendidas proceden de Colombia y Venezuela, seguidas de las de Rusia, Georgia, Perú y Honduras.

De cara a los próximos cuatro años (2023-2027), la entidad se plantea cinco retos: conseguir reducir “el máximo posible” el número de personas afectadas por la pobreza cronificada; medio ambiente, sostenibilidad y cambio climático; migraciones y refugio; atender la soledad no deseada y a los jóvenes y su salud mental, con proyectos específicos, ha explicado el presidente.

En Cataluña, la organización cerró 2022 con un total de 20.272 voluntarios, el 61 % de los cuales son mujeres, y 222.107 personas y empresas socias, que abonan una media de 120 euros al mes, ha precisado Quintet.

El presupuesto de la entidad ha superado los 154 millones de euros, un aumento fruto, principalmente, de la emergencia de Ucrania y también del crecimiento de las colaboraciones empresariales.