El candidato a la alcaldía de Barcelona por ERC, Ernest Maragall (i), acompañado por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés (2i), y la secretaria general adjunta del partido, Marta Vilalta (3i), durante el paseo por el barrio de la Barceloneta, previo al mitin de campaña electoral . EFE/ Andreu Dalmau

Aragonès y Maragall, el puerta a puerta de toda la vida en la Barceloneta

Àlex Cubero
Barcelona (EFE).- En la era de las redes sociales, la viralidad y los candidatos que compiten por visionados y likes, el presidente catalán, Pere Aragonès, y el alcaldable de ERC en Barcelona, Ernest Maragall, han recuperado por unas horas las campañas de antaño, con un puerta a puerta de toda la vida en la Barceloneta.
En uno de los barrios más singulares de Barcelona, con identidad marcada, personalidad descarada y orgullo marinero -en muchos balcones se pueden ver colgadas las históricas banderas amarillas y azules de la Barceloneta-, Maragall y Aragonès han recorrido las calles, saludando a vecinos, charlando con comerciantes y esquivando a turistas.
Antes de ello, sin presencia de cámaras y periodistas, el presidente ha acudido a un edificio del barrio para hablar, puerta a puerta, piso a piso, con sus vecinos, y escuchar sus preocupaciones de primera mano, sentado con ellos en las salas de estar de sus “cuartos de casa”, como se conoce a los históricos pequeños pisos del barrio, muchos de ellos de poco más de 30 metros cuadrados.
Entre esas preocupaciones está la presión turística, que expulsa a los vecinos de siempre y cierra comercios de siempre, incapaces de hacer frente a alquileres desorbitados y convertidos en poco tiempo en bares de mojitos, paellas precongeladas o souvernirs.

En el bar Jai-Ca

“Estamos muy preocupados”, han expresado algunos representantes de asociaciones vecinales a Maragall, sentados alrededor de una mesa del bar Jai-Ca, uno de los históricos locales del barrio. Un mensaje parecido al que Aragonès, Maragall y Marta Vilalta, secretaria general de ERC, han escuchado también después en el interior de la mercería Pascual.
Xavier y Pilar, propietarios de esa mercería que el padre de ella fundó en 1957, han relatado a los tres dirigentes cómo la presión de los alquileres se hace insoportable para muchos negocios de toda la vida.
Pero Xavier ha expresado su confianza en el apellido Maragall, no solo en el actual candidato si gana las elecciones, sino también al recordar la alcaldía de su hermano Pasqual y su implicación con el barrio. “Con tu hermano se hacían sardanas en el frente marítimo”, ha recordado con nostalgia, mientras Maragall asentía con una sonrisa.

-El candidato a la alcaldía de Barcelona por ERC, Ernest Maragall (c), acompañado por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés (c-d), y la secretaria general adjunta del partido, Marta Vilalta (2i), durante el paseo por la Barceloneta. EFE/ Andreu Dalmau


Un tiempo que difícilmente volverá. Ahora el frente marítimo del barrio es uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad. Ahí los vecinos se difuminan silenciosamente ante la marabunta de turistas, que han observado con curiosidad o indiferencia a esos tres políticos seguidos por un enjambre de cámaras.
Una mujer asiática, de repente, se ha acercado al presidente, cerca, muy cerca. “Hello…”, le ha dicho Aragonès, sorprendido. Pero se trataba simplemente de una turista que quería caminar hacia su grupo, situado a pocos metros del president. “¡Pensaba que quería decirme alguna cosa!”, ha admitido Aragonès entre risas.

Entre patines y bañadores

Ya en el paseo junto a la playa, la Barceloneta de los pescadores y los marineros deja paso a una estampa más similar a Miami Beach, con patinadores, partidos de volley, música de chiringuito y hoteles con forma de vela en el horizonte. “Si lo llego a saber hubiera traído los patines”, ha bromeado Vilalta, quien practica patinaje artístico desde su infancia. “Y yo el bañador”, ha apuntado Aragonès.
Los tres dirigentes se han detenido entonces en un panel informativo que explica a los visitantes que en ese lugar se ubicaba la Escuela de Mar, una institución pedagógica creada hace un siglo para los niños del barrio, uno de los más humildes de la ciudad.
Entre las propuestas de Maragall está la de reconstruir el edificio, con su estructura original de madera, que se ubicaba en la arena de la playa, junto a la orilla del mar.
Y tras el paseo ha llegado el acto político, en la plaza del mercado. Y las promesas para que el barrio “vuelva a lucir”. “La Barceloneta es única en el mundo -ha afirmado Aragonès-. No hay ninguna parte del planeta con un barrio así”.
Algunos vecinos aplaudían. Otros renegaban. Un par de jubilados comentaba los discursos como si se tratara de un partido. Una anciana observaba desde su balcón. Un vagabundo insultaba a los políticos. Un par de turistas se sacaban un selfie con Maragall de fondo.