Barcelona (EFE).- Después de dos discos con los que La Ludwig Band han ido sumando seguidores, este viernes sale a la venta su tercer álbum, titulado “Gràcies per venir”, que supone el despegue definitivo de una formación con fuerte personalidad, que ha sabido recoger el legado de los años 70 y conectarlo con el presente.
En sus canciones resuena Dylan y Pau Riba, pero no son nostálgicos, según aseguran en una entrevista con EFE, porque “interpretar canciones de autor, folk, con un instrumentación rock es algo que triunfó hace cincuenta años, pero que después ha seguido haciendo mucha gente de diferente generaciones”.
Entre ellos La Ludwig Band, que reconoce que su música “puede parecer fuera de época, pero está en el presente”, añaden.
Ciertamente, los miembros de la joven formación -Quim Carandell, Andreu Galofré, Gabriel Bosch, Roger Cassola, Pau Esteve y Lluc Valverde- viven aquí y ahora y cuentan historias del siglo XXI, pero lo hacen a contracorriente, lejos de las tendencias musicales de su generación.
Otro rasgo distintivo del grupo es el sentido del humor de las letras irónicas y gamberras de Quim Carandell, al que le gustan las historias “con introducción, nudo y desenlace”, como las que narra en sus canciones.
Canciones-relato que le hermana con Manel, el grupo que ha puesto a disposición de La Ludwig su discográfica Ceràmiques Guzmán para editar este disco, en colaboración con The Indian Runners.
“A nosotros nos gusta Manel, siempre los hemos escuchado, y a los Manel también les gusta lo que hacemos nosotros -ha admitido Carandell-, pero somos diferentes, ellos son más de estudio y nosotros más de directo”.
Carandell ha compuesto para “Gràcies per venir” once temas, entre ellos “El meu amor s’ha anat de vacances”, que ya se está convirtiendo en un ‘hit’.
“Hay muchas canciones de este disco que entran muy bien en los conciertos, lo hemos podido comprobar en los bolos de este verano”, ha señalado Pau Esteve, que confiesa que no es una casualidad, sino que se trata de un álbum “pensado para el directo”.
“Los anteriores discos eran más barrocos -ha corroborado Roger Cassola- y éste es más directo, más pop, más para conciertos”.
Unos conciertos que empiezan mañana 21 de octubre en el Auditori de Girona y seguirán en los próximos días en Reus, Mataró, Lleida y Manacor.