El secretario general de JxCat, Jordi Turull, tras su intervención en la reunión del consejo nacional del partido. EFE/Alberto Estévez

Los diferentes sectores de JxCat exploran un acercamiento tras las últimas pugnas internas

SANTIAGO JOSÉ SÁNCHEZ/Barcelona (EFE).- Las principales familias de JxCat han explorado un acercamiento en las últimas semanas para tratar de evitar que las pugnas internas escalen en intensidad, ante las posturas aparentemente irreconciliables entre los afines a Laura Borràs y el sector pragmático, con pasado en la antigua CDC.

La crisis entre familias llegó a un punto álgido a principios de diciembre, a raíz de la denuncia interna por violencias machistas de la vicepresidenta del partido Aurora Madaula, cercana a Borràs, y el posterior escrito contra ella promovido por diputados del sector pragmático en el Parlament, en el que le pedían la dimisión, si bien desde entonces se ha producido un proceso de “desescalada” para tratar de evitar que la crisis desemboque en una ruptura total, según varias fuentes de JxCat consultadas por EFE.
Por el momento, el acercamiento entre sectores ha evitado que se presente un escrito contra Madaula ante el consejo nacional del pasado sábado en El Morell (Tarragona), aunque sí que han habido dos intervenciones críticas contra ella en el turno abierto de palabra: “No ha habido sangre organizada, pero sí intervenciones sangrantes”, explica una de las fuentes de JxCat consultadas por EFE.

Heridas profundas que vienen de lejos

“Hay militantes radicalizados”, “son posturas irreconciliables”, “los diputados están que trinan”, “hay un problema de gestión de la discrepancia”. Estas son algunas de las expresiones verbalizadas en las últimas semanas por dirigentes de Junts ante el escenario de crisis interna que hicieron aflorar las palabras de Madaula al denunciar violencias machistas en su formación.

Pero las diferencias entre sectores se remontan a mucho antes, prácticamente a la génesis de JxCat, que nació como confluencia entre dirigentes del PDeCAT -herederos de Convergència- y un grupo de independientes sin militancia previa, politizados a raíz del 1-O, todo ello con el expresidente Carles Puigdemont como argamasa.

El presidente del grupo parlamentario de JxCat, Albert Batet
El presidente del grupo parlamentario de JxCat, Albert Batet , se dirige al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, tras su comparecencia en el pleno del Parlament.EFE/ Quique García

Desde entonces se arrastran cuentas pendientes, que van desde el reparto de poder interno hasta la gestión de algunas crisis, como la que acabó desembocando en la dimisión del portavoz parlamentario Eduard Pujol, hoy “restituido” en el Congreso.

Las elecciones del 23J, en las que JxCat obtuvo una posición decisiva en el Congreso, y las posteriores negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez volvieron a situar a Puigdemont en la primera línea política y alejaron -“silenciaron”, según algunos dirigentes- la discrepancia interna, al estar todas las familias alineadas con el expresidente catalán.

Para varias fuentes consultadas, la reunión en Ginebra con el PSOE obliga a hacer “un esfuerzo de reflexión”: “No nos interesa ir a matarnos, sino aprovechar este ‘momentum'”, ilustran algunas voces consultadas, que revelan que se está trabajando para “evitar una escisión” en el partido.

El papel de Jordi Turull

En este escenario cobra especial relevancia el papel del secretario general de JxCat, Jordi Turull, que se encuentra en una posición de fuerza tras las negociaciones con el PSOE y su cercanía con Puigdemont, líder moral del partido.

A pesar de ser el máximo exponente del ala pragmática, fuentes de JxCat resaltan el papel de Turull para evitar la ruptura entre sectores, aunque su entorno sí se ha movilizado activamente contra el “borrasismo”: “Buscará una paz estable”, añade otra fuente.

Se aleja del escenario de congreso extraordinario

En los momentos posteriores al estallido del ‘caso Madaula’, entre los pragmáticos de JxCat empezó a cobrar fuerza la idea de forzar un congreso extraordinario para descabalgar a los afines a Borràs de la cúpula del partido, aunque Turull atajó la idea entre los suyos.

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Laura Borràs, acompañada de su marido y de su hija a su llegada al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña este viernes. EFE/ Quique García

El rumor del congreso extraordinario es habitual en Junts, aunque su convocatoria se aleja en el horizonte, ya que tampoco se contempla forzarlo desde las filas de un “borrasismo” ahora débil.

La estrategia de los pragmáticos sería otra: ir debilitando paulatinamente a sus rivales hasta el próximo congreso ordinario, previsto para verano de 2026, aunque algunas fuentes no descartan que se avance un año, tras las próximas elecciones catalanas y europeas.

Vía libre para incorporar independientes

En el consejo nacional de este sábado también se ha aprobado una propuesta para abrir las puertas de JxCat a todos los independientes con pasado en el PDeCAT que concurrieron bajo las siglas de Junts en las últimas elecciones municipales, unas 3.000 personas, aunque las fuentes consultadas descartan que se llegue a incorporar este volumen de militantes.

Para participar en las votaciones de JxCat es necesario un mínimo de seis meses de militancia, y la propuesta plantea eximir a estos concejales de este tiempo de espera: “Es lo mínimo que podemos hacer”, indica un dirigente local de Junts. 

Críticas -veladas- a Aurora Madaula

Los esfuerzos para acercar posturas entre sectores evitaron un escrito contra Madaula en el consell nacional, pero no así alguna intervención crítica de dirigentes locales y también de la portavoz en el Parlament, Mònica Sales, aunque sin mencionar directamente a la vicepresidenta, dos intervenciones ampliamente aplaudidas por los consellers nacionales, según las fuentes consultadas.

En el turno abierto de palabra, un dirigente territorial tomó la palabra para trasladar su apoyo a la presidenta del Parlament, Anna Erra, y exigió la dimisión de Madaula, aunque sin pronunciar su nombre.

Las recientes crisis internas también sobrevolaron la intervención de Sales, que en su informe sobre la actividad parlamentaria arremetió contra quienes cuestionan el buen trabajo de los diputados en el Parlament.