Alumnos de la Escola El Carmel de Barcelona este lunes cuando unos 700.000 alumnos de infantil y primaria arrancan el nuevo curso escolar en Cataluña, una semana antes de las fechas habituales, y a diferencia de los dos últimos cursos lo harán sin medidas sanitarias para combatir la covid.

Los escolares afrontan el curso contentos con la escuela, pero menos con los compañeros

Barcelona, 7 sep (EFE).- Los escolares barceloneses empiezan el curso 2022-2023 más satisfechos con su vida escolar, pero menos con sus compañeros de clase de lo que lo estaban antes de la pandemia.

Así se desprende de comparar lo que han dicho los niños en la última Encuesta de Bienestar Subjetivo de la Infancia de Barcelona (EBSIB) del Instituto Infancia y Adolescencia de Barcelona y lo que dijeron en la que se hizo en 2017, antes de la covid.

“Respecto a 2017, hemos observado una mejora en su satisfacción con la vida escolar, con la que el 65,4 % de los niños se muestran muy satisfechos (respecto al 57,8 % que lo estaban en 2017), pero en cambio un empeoramiento en su satisfacción con los compañeros de clase (54,8 % están muy satisfechos frente al 65,6 % de 2017)”, ha explicado a Efe la directora de este instituto municipal y coautora del informe sobre la encuesta, Laia Pineda.

Aunque considera que es temprano para confirmar posibles explicaciones de estos cambios, Pineda señala, “en clave de hipótesis”, que en parte podría ser por efecto de la pandemia.

En el primer y segundo curso escolar en pandemia se detectó que un porcentaje importante de niños estaban muy preocupados por posibles cambios en la vida escolar (25,1 %) y por si sacarían malas notas (23,3 %).

Para la experta, el cierre de las escuelas y las limitaciones de muchas de las actividades escolares (salidas, espectáculos, fiestas,..) junto a tener que seguir clases online (que para muchos niños no fue posible por falta de medios) puede haber hecho crecer el valor de la escuela y lo que el espacio escuela representa en la vida de muchos niños (no solo como espacio de aprendizaje, sino también como espacio de encuentro con sus iguales) y la satisfacción con la vida escolar.

En cambio, los confinamientos intermitentes para frenar la pandemia, las medidas de grupos burbuja y mascarilla, tanto en las clases como en los patios de las escuelas, pueden haber limitado a muchos escolares en el tipo de contactos con otros y tener un efecto negativo.

“Por otro lado, no es descabellado pensar en cómo todas las preocupaciones por la pandemia (por si los familiares se infectarán, por la economía familiar,..) que generan tristeza, impotencia y malestar en muchos niños se traducen en comportamientos más violentos y disruptivos no solo en casa, sino también en la escuela, dañando el clima en el aula y dificultando las relaciones entre compañeros”, ha añadido la experta.

Ha advertido que “las violencias entre iguales no es un tema nuevo, pero situaciones de estrés y preocupación como las vividas durante la pandemia no ayudan a ello” y que “el rol de la escuela para favorecer la convivencia entre compañeros juega un papel importante” en la satisfacción con la vida escolar que manifiestan.

En este sentido, destaca que solo la mitad de los niños (50,4 %) está totalmente de acuerdo en que se siente seguro en la escuela a consecuencia de las violencias entre iguales.

Que el resto de niños digan cosas que no les gustan sobre su aspecto físico es una de las formas más frecuentes de relación con violencia entre los niños de 10-11 años que señalan en la encuesta EBSIB 2021.

Un 10,5 % dice que sufre siempre o a menudo esta discriminación y la cifra aumenta hasta el 33,9 % si se cuenta a los niños que lo han padecido alguna vez en el último curso escolar.

También es el principal motivo de discriminación mencionado por los adolescentes: lo afirman el 52 % de las chicas y el 48 % de los chicos de entre 13 y 19 años.

Según la encuesta, la mitad de los escolares ha sufrido una de las formas de relación con violencia más habituales entre los niños en el último curso escolar: el 49,1 % ha recibido insultos alguna vez (el 4,8 % siempre; el 11,7 % a menudo y el 32,6 % a veces) y el 45,9 % ha sufrido, alguna vez, que se digan mentiras sobre él/ella (el 3,5 % siempre; el 9,3 % a menudo y el 33,1 % a veces).

Además, un 1,4 % se identifica como víctima y un 1,3 % como abusador, ha destacado Laia Pineda.

El apoyo de los compañeros es importante, ya que el 44,1 % de los niños intenta ayudar, pero el 11,5 % afirma que aunque quisiera ayudar, no sabe cómo hacerlo.

La directora del Instituto de la Infancia y la Adolescencia de Barcelona ha destacado que de acuerdo con los datos disponibles, el ‘bullying’ disminuye con la edad y en la adolescencia se estanca.

En este sentido, tanto en 2016 como en 2021, entre un 5 % y un 6 % de los encuestados expresaron haber sido víctimas de acoso escolar.

Eso sí, Pineda alerta: “crecen, y de forma muy alarmante, las víctimas del ‘ciberbullying’ (maltrato en internet). Entre 2016 y 2021 han crecido del 13,8 % al 25 % entre las chicas y del 7,1 % al 16,7 % entre los chicos”.