Extremadura es escenario durante esta semana de un verdadero ejercicio de "reparación" con aquellos 632 extremeños, hasta ahora "invisibles" para muchos, que entre 1912 y 1913 emigraron a Hawái en busca de una vida mejor y que fueron -y ahora vuelven a serlo- protagonistas de una de las historias más desconocidas de la emigración extremeña. Un total de 35 descendientes de aquellos, más otros 22 parientes de emigrantes andaluces, se encuentran estos días en la región para participar en el I Congreso Internacional de Emigrantes Españoles a Hawái y California, promovido por el Club Universo Extremeño (CUEX). EFE/EDUARDO PALOMO

Extremadura repara la “invisibilidad” de la emigración a Hawái de 1912-1913

Jarandilla de la Vera (Cáceres), 26 oct (EFE).- Extremadura es escenario durante esta semana de un verdadero ejercicio de “reparación” con aquellos 632 extremeños, hasta ahora “invisibles” para muchos, que entre 1912 y 1913 emigraron a Hawái en busca de una vida mejor y que fueron -y ahora vuelven a serlo- protagonistas de una de las historias más desconocidas de la emigración extremeña.

Extremadura es escenario durante esta semana de un verdadero ejercicio de "reparación" con aquellos 632 extremeños, hasta ahora "invisibles" para muchos, que entre 1912 y 1913 emigraron a Hawái en busca de una vida mejor y que fueron -y ahora vuelven a serlo- protagonistas de una de las historias más desconocidas de la emigración extremeña. Un total de 35 descendientes de aquellos, más otros 22 parientes de emigrantes andaluces, se encuentran estos días en la región para participar en el I Congreso Internacional de Emigrantes Españoles a Hawái y California, promovido por el Club Universo Extremeño (CUEX). EFE/EDUARDO PALOMO

Un total de 35 descendientes de aquellos, más otros 22 parientes de emigrantes andaluces, se encuentran estos días en la región para participar en el I Congreso Internacional de Emigrantes Españoles a Hawái y California, promovido por el Club Universo Extremeño (CUEX).

El presidente del CUEX, Manuel Trinidad, ha puesto un certero ejemplo: “Todo el mundo conoce el hundimiento del Titanic, pero casi nadie sabe que aquella misma madrugada había un carguero de nombre Harpalion que viajaba con las bodegas llenas de extremeños y andaluces, llenos de enfermedades y padeciendo, y que estaba a tres días de llegar a Hawái”.

Trinidad aún no se cree que una asociación “tan insignificante como nosotros, haya sido capaz de organizar un encuentro tan emocionante y reparador como este”.

“Nos sentimos muy orgullosos porque hemos recuperado a estas personas, que no son importantes, que no escriben la historia, pero que tienen tanto valor o más que la gente famosa, y estamos muy felices de poder dar a conocer la historia de estos emigrantes, porque se lo merecen sin ninguna duda”, ha asegurado a Efe.

La historia a la que Trinidad hace referencia nos habla de 8.000 españoles, entre ellos más de 600 extremeños, que entre 1912 y 1913, emprendieron lo que, en la distancia puede parecer un viaje hacia el sueño americano, pero que al llegar se encontraron con sueldos bajos y muchas horas de trabajo en plantaciones de cañas de azúcar y café.

De hecho, muchos de ellos, tras comprobar que las promesas que les habían hecho los “ganchos” de los grandes terratenientes americanos no se cumplían, abandonaron la isla y se trasladaron a California, una vez más en busca de una vida mejor.

“Lo más curioso de este viaje es que no emigraron los cabezas de familia, sino familias completas, mujeres embarazadas y niños pequeños, en una especie de epopeya, ya que, por ejemplo, los vecinos de La Vera cacereña iban andado a Gibraltar, y allí esperaban meses a un carguero, para luego emprender un penoso viaje de casi sesenta días hasta Hawái”, ha apuntado.

Y es que las condiciones de los barcos, unidas a las epidemias de la época, hicieron que algunos de ellos no vieran las islas.

Así, en el barco Ascot, que junto al Harpalion y el Willesden llevaron a los extremeños, murieron varios niños de Jarandilla de la Vera durante el viaje, cuyos cadáveres fueron arrojados por la borda.

Todas estas vicisitudes son recordadas estos días por los descendientes de aquellos extremeños, como es el caso de Aaron Alejandro Olivas, que ha llegado a Extremadura procedente de Nueva York, acompañado por sus tíos Dolores Thompson y Robert Jiménez, para conocer a sus familiares del pueblo cacereño de Cilleros.

“Nunca hemos olvidado nuestras raíces. Nuestra familia salió de Cilleros en 1913, pasó por Gibraltar y luego por Hawái y California, y siempre hemos mantenido una estrecha relación con España. De hecho, estamos aquí para renovar esta conexión”, ha indicado a Efe.

Aaron, que es profesor de Historia en el SUNY Maritime College de Nueva York, ha lamentado que la gente no dé crédito al importante rol de Extremadura en la historia general de España.

“Mis primos de Cilleros conocen esa historia, por eso espero que este congreso sea una oportunidad de hablar de la importancia de Extremadura y de sus gentes”, ha defendido.