El profesor de Ética y Filosofía Enric Senabre posa para EFE durante la entrevista. EFE/Ana Escobar

Un libro dirigido a preadolescentes invita a reflexionar y dialogar sobre el uso del móvil

València (EFE).- Acompañar a preadolescentes que se inician en el uso del teléfono móvil e invitar a reflexionar y a dialogar sobre la utilización de estos dispositivos es el objetivo que ha movido al profesor de Ética y Filosofía Enric Senabre (Alcoi, 1964) a escribir un libro dirigido a niños y niñas de entre 10 y 12 años.

‘Laura juega con el móvil’ (Algar), con su versión en valenciano ‘Laia juga amb el mòbil’ (Bromera), narra el despertar digital de una niña de 10 años en veinte capítulos breves, al final de los cuales se invita a reflexionar sobre cuestiones como los peligros de chatear con desconocidos o si hay una edad mínima para tener móvil.

Cualquier edad es mala sin acompañamiento

“Si abandonamos a los niños solos con el móvil, cualquier edad será mala para tener el primer móvil,” explica a EFE Senabre, quien considera “un error” creer que la educación es como una carrera, en la que conforme se llega a una edad se va pasando a otra fase y se adquiere al momento “la conciencia del bien y del mal”.

Por el contrario, destaca que el aprendizaje es un proceso paulatino, en el que la preparación y la educación previa “es más eficaz que la postacción”, y por ello ha escrito este libro que se puede utilizar en tertulias dialógicas en los colegios o en lecturas acompañadas en casa, donde los padres lo lean con los hijos.

Senabre, quien ya cuenta con una obra dirigida a adolescentes de 12 y 13 años sobre el buen uso del móvil (‘El infinito en tus manos’), admite que cada vez es más temprano el acceso a esta tecnología, a través de un dispositivo propio o el de algún familiar, e insiste en que la clave está en que los adultos acompañen en el descubrimiento de este nuevo mundo.

El profesor de Ética y Filosofía Enric Senabre. EFE/Ana Escobar

Prohibir es huir del problema

El autor considera que la “doctrina prohibicionista” del móvil a los jóvenes que algunas personas defienden es “hipócrita”, pues implica descargar sobre ellos “toda la responsabilidad de un mal uso”, además de que es “imposible” llevarlo a la práctica, y cree que “dirigirse solo al problema es no saber cómo se educa”.

“Es un error creer que solo nombrando, solo estigmatizando y solo castigando los aspectos negativos conseguiremos educar. Hace tiempo que lo sabemos con las drogas o la sexualidad”, alerta Senabre, quien reivindica que hay que educar “en positivo, no en lo negativo”, y aprovechar y ofrecer las alternativas que existen.

A su juicio, “el 10 o el 20 % del uso que hacen los jóvenes del móvil es tóxico y poco respetuoso, pero el 90 % se utiliza para situaciones de compañerismo, de amistad, de alegría, de celebración”, por lo que insiste en que hay que educar en conjunto y no solo centrarse en lo negativo.

“Soy filósofo y sé que las verdades nunca son absolutas, pero prohibir es huir del problema”, afirma Senabre, quien considera que lo que hace la “ola prohibitiva” es intentar “levantar una muralla” para aislar el problema.

Enric Senabre, con un ejemplar de su libro, 'Laura juega con el móvil' (Algar). EFE/Ana Escobar

Uso racional del movil

Con una experiencia de tres décadas en el mundo de la enseñanza, Senabre es partidario del “uso racional” del móvil, pero por parte de todos, también los adultos, pues no se puede culpabilizar a adolescentes de que lo usan mal cuando los padres desayunan con ellos mirando al móvil o se les da en un restaurante para que no molesten.

El libro cuenta con ilustraciones de Anna Gisbert  y abre la puerta a reflexionar sobre cuestiones como los estereotipos de los vídeos de las redes sociales, donde no todo es como parece, sobre la importancia que hay que dar a los ‘me gusta’, o sobre la necesidad de no dejarse atrapar por el móvil.