Fotografía facilitada por Greenpeace (Handout/Mario Gomez), cuyos activistas han accedido hoy a las instalaciones de un gran grupo de automoción en Villaverde (Madrid) para desplegar una enorme pancarta con forma de etiqueta de la DGT sobre decenas de automóviles. EFE

Activistas de Greenpeace denuncian el “eco tongo” de las etiquetas de la DGT

Madrid (EFE).- Activistas de Greenpeace han desplegado una pancarta con forma de etiqueta ecológica para vehículos de la Dirección General de Tráfico (DGT) sobre decenas de automóviles en las instalaciones de un gran grupo de automoción en Villaverde (Madrid), acción con la que denuncian que los distintivos ambientales “no son fieles” en cuanto a la contaminación.

Bajo el texto “ECO tongo. DGT cambia las etiquetas ¡ya!”, la organización ecologista ha denunciado el “lavado verde” que suponen las etiquetas de la DGT al calificar de ECO modelos “que no lo son”, como los de gas o los microhíbridos, que tienen rebajas fiscales y pueden acceder libremente a las Zonas de Bajas Emisiones de las ciudades, que serán obligatorias a partir de enero de 2023 en 150 ciudades.

La ong ecologista exige que el Gobierno “corrija” y reclama a la DGT que reforme los distintivos ambientales de los vehículos “tal y como se comprometió en 2020” y no ceda a las presiones de la industria automovilística, “que logró parar la iniciativa”, según un comunicado de Greenpeace.

Greenpeace ha denunciado que el etiquetado actual es un “coladero” para tecnologías contaminantes, como el gas fósil -mal llamado natural- y que la industria “disfraza” de verde y confunden al consumidor, ya que con esas características, cualquier vehículo, furgoneta o camión que funcione con gas licuado o comprimido “disfruta” del distintivo ECO de la DGT, con el que acceden a “importantes” beneficios fiscales y normativos.

Sin embargo, indican, los vehículos que funcionan con gas liberan “grandes cantidades” de partículas contaminantes y peligrosas, que según científicos de la salud están asociadas a enfermedades como el cáncer, el alzheimer o enfermedades cardíacas y respiratorias, además de contribuir de manera similar que los vehículos diésel o gasolina a la crisis climática.

Según la ong, la situación demuestra que la DGT “diseña sus etiquetas anteponiendo los intereses de la industria del motor frente a la salud de las personas y la protección del medio ambiente”.

La organización ecologista ha recordad que en 2020, tras el anuncio del Gobierno de su intención de reformar las etiquetas de la DGT, entidades como Greenpeace, Fundación Renovables, Ecodes, Ecologistas en Acción y Transport & Environment lanzaron la propuesta de mejora que corregía los fallos del sistema actual e incorporaba las emisiones de dióxido de carbono (CO2) como criterio de clasificación ambiental.

No obstante, la DGT decidió hacer “caso omiso” a las recomendaciones ecologistas y bloqueó la reforma de las etiquetas bajo el pretexto de “acordar los criterios del etiquetado con los fabricantes”.

“La DGT se ha plegado a los intereses de la industria para bloquear esta revisión, permitiendo que haya miles de vehículos contaminantes etiquetados como CERO y ECO cuando no lo son», ha advertido el responsable de la campaña de movilidad de Greenpeace, Adrián Fernández.

El coordinador de la campaña de combustibles fósiles de Greenpeace, Francisco del Pozo, ha aseverado que la DGT se ha convertido en una “agencia publicitaria de lavado verde de la industria del motor”. Las etiquetas son solo uno de los engranajes de la inmensa “lavadora” con que el sector hace pasar vehículos contaminantes como limpios”.

Tras un estudio realizado por la Universidad de Harvard sobre el lavado verde y el simbolismo para sacar provecho de la crisis climática en las redes sociales de las marcas de automóviles, junto a empresas aéreas y energéticas de Europa, Greenpeace y otras 40 organizaciones están impulsando una Iniciativa Ciudadana Europea (ECI, por sus siglas en inglés), para pedir una nueva ley similar a la del tabaco que prohíba la publicidad y el patrocinio de los combustibles fósiles en la Unión Europea.