En la imagen, ´bous al carrer' en la localidad castellonense de L'Alcora. EFE/ Biel Aliño/Archivo

Justicia sanciona 30 festejos taurinos, la mayoría por presencia de menores

València (EFE).- La Conselleria de Justicia, que tiene las competencias en materia de control de espectáculos, ha abierto este año 30 expedientes de sanción por infracción de la normativa de los festejos taurinos tradicionales o ‘bous al carrer‘, la mayoría por la presencia de menores o personas “no aptas” en el recinto.

Según han informado a EFE fuentes de la Conselleria, sin precisar los municipios en los que se han propuesto estas sanciones, solo en “dos o tres casos” la sanción se debe a la organización de capeas y otro tanto por no disponer la organización del preceptivo médico.

Estos expedientes sancionadores, que se dirigen contra particulares -adultos o padres de menores-, peñas y ayuntamientos -si actúan como organizadores del espectáculo de festejos taurinos- podrían derivar en sanciones que van desde los 300 a los 6.000 euros de multa.

Cuando se inicia cada expediente sancionador se propone una sanción, y a pesar de que existen descuentos por pronto pago, ninguno de los 30 expedientes abiertos se ha cerrado, han informado las mismas fuentes.

Esta treintena de propuestas de sanción a festejos taurinos supone el doble que en 2019, aunque porcentualmente se corresponde con la cifra de festejos, ya que este año, con cerca de 13.000, se han duplicado los 7.600 celebrados hace tres años.

En lo que va de año, ocho personas han muerto y más de 300 han resultado heridas en celebraciones de “bous al carrer” en distintos municipios de la Comunitat Valenciana.

Un mozo corta la cuerda que libera al toro tras encenderle las bolas de las astas, en la localidad valenciana de Albal. EFE/Biel Aliño/Archivo

13.000 festejos taurinos, 7 muertos, 300 heridos este verano

La Comunitat Valenciana ha registrado este verano una campaña taurina de récord, con cerca de 13.000 festejos populares en 280 municipios (más de la mitad, aunque concentrados en Castellón y Valencia) pero también ha igualado ya el año más negro en cuanto a víctimas mortales (siete, igual que en 2015) y acumula ya más de 300 heridos, según los datos recabados hasta mediados de septiembre.

Tras dos años en los que la pandemia había dejado en mínimos este tipo de espectáculos, la arena, los cajones metálicos, las sogas, las anillas, los cadafales y el resto de parafernalia taurina ha vuelto con fuerza a los pueblos, y con ellos los aficionados.

Para quienes defienden con vehemencia el arraigo y la tradición, es lógico asumir que, a mayor número de festejos y aficionados, mayor riesgo y accidentes; y por el contrario, quienes ven en esta costumbre únicamente tortura y crueldad, esgrimen la cifra de fallecidos (en Meliana, Vallada, Picassent, Pedreguer, Soneja, Almedíjar y Beniarbeig) y urgen un debate público sobre el tema.

Edición web: Macarena Lázaro