Valencia (EFE).- Funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, en una operación conjunta con la Policía Nacional, han anulado la principal vía de entrada de cocaína en España del cártel de los Balcanes con la intervención en total de más de 1.700 kilos de esta droga en el puerto de Valencia y la detención de uno de sus miembros.
La cocaína iba oculta en contenedores marítimos de frutas procedentes de Ecuador de diversas formas: haciendo uso de huecos en la refrigeración de los contenedores, diseñando falsos suelos sobre los mismos o vigas con oquedades en su interior para alojar la sustancia estupefaciente.
El detenido habría venido desde Albania para supervisar la transacción y tiene formación militar y altos conocimientos operativos, según un comunicado de la Agencia Tributaria y la Policía Nacional.
La investigación se inició al tener conocimiento de que el entramado podría estar importando semanalmente contenedores marítimos con frutas procedentes de Ecuador que ocultarían importantes cantidades de droga.
Una sofisticada estructura para esconder la droga en los contenedores
En una primera fase de la operación, que contó con la colaboración de la Guardia Civil, los investigadores lograron detectar las empresas que podrían usarse por el cartel balcánico, y se comprobó cómo habían comenzado a utilizar los contenedores marítimos que entraban en España de forma regular, importando varias decenas de contenedores desde una empresa exportadora de frutas de Ecuador, con destino Valencia.
El pasado junio trataron de introducir una importante cantidad de cocaína que venía oculta en los compartimentos de refrigeración, un total de 45 kilos de cocaína, que se intervino, y se arrestó a un integrante de la organización criminal.
Además, se intervino tres teléfonos móviles y diverso material para la extracción de la droga de los contenedores.
En la segunda fase, mediante diversas inspecciones en contenedores que habían llegado al puerto de Valencia, se encontraron dos contenedores que escondían 44 y 46 kilos de cocaína cada uno, y un tercer contenedor con una sofisticada estructura que escondía en su falso suelo 200 kilos de la sustancia.
También se intervinieron 550 kilos de cocaína en las vigas del suelo de un contenedor, antes de averiguar la llegada de dos nuevos contenedores que ocultaban la droga en el suelo de la estructura y que llevaban otros 831 kilos.
