El cantante chileno Polimá Westcoast se presenta durante el 62º Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar (Chile). EFE/Adriana Thomasa

El reggaetón chileno salta a la primera línea de la música urbana mundial

Por Iñaki Martinez Azpiroz |

Viña del Mar (Chile) (EFE).- Chile ha pasado en pocos años de ser un país con poco reggaetón a irrumpir en la escena internacional con artistas locales de música urbana como el autor Cris MJ, que llegó en el pasado mes de abril al Top 10 mundial de Spotify con la canción “Una noche en Medellín”, compartiendo espacio con grandes como Elton John, Justin Bieber y Dua Lipa.

“La música urbana chilena es una tendencia muy grande que tiene mucha fuerza. Se caracteriza por sus baterías, lo instrumental, y por lo que transmiten los artistas en sus letras”, explica el artista Polimá Westcoast a EFE.

El cantante chileno Polimá Westcoast se presenta durante el 62º Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar (Chile). EFE/Adriana Thomasa

“Siento que los ojos se posicionaron en Chile por el impacto de su música urbana. Están, por ejemplo, mis raíces angoleñas, que se juntan con lo que canto, que es chileno. Tiene mucha fuerza y eso no va a parar”, añade el cantante, reivindicando el origen africano de su padre.

2022 fue el año de oro para la música urbana chilena, al menos en la plataforma Spotify: en 2021, ningún artista chileno entró en la lista de los músicos más escuchados en Chile, mientras que el año pasado seis de los músicos más escuchados fueron nacionales.

Sonidos extranjeros

La música urbana chilena apenas tiene cinco años de recorrido, pero sus raíces se hunden años atrás, en los principios de los 2000, cuando el sonido del reggaetón se expandió con un grupo de inmigrantes haitianos que importaron esos ritmos, detalló a EFE el experto en historia de la música popular chilena y profesor de la Universidad Católica, Matías Hermosilla.

El artista urbano chileno Cris MJ canta durante la presentación de Karol G, en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar (Chile). EFE/Adriana Thomasa

Los ritmos haitianos tuvieron como altavoz un programa televisivo de éxito dirigido a adolescentes, “Mekano”, y coincidió con la llegada de Internet y los computadores personales, que rompieron las fronteras de la producción musical, haciéndolo accesible con pocos recursos.

El momento que consolida el reggaetón entre el público chileno, remarcó Hermosilla, es la actuación de Daddy Yankee en el Festival de Viña del Mar, en 2006, con una lograda escenografía que cautivó a los espectadores.

En comunidad

Los artistas actuales de la música urbana chilena se formaron en sus casas, autoproduciendo sus canciones y creando un nuevo movimiento musical.

“Todos empiezan a ser amigos, se empiezan a conocer y a trabajar juntos, levantan unas fiestas a las que va poquita gente en un principio, ellos mismos cortan los boletos, salen a vender, y tocan sus temas que todavía no empiezan a pegar”, recordó Hermosilla.

Público asiste a la Quinta Vergara durante la inauguración del Festival de Viña del Mar (Chile). EFE/Adriana Thomasa

Los artistas de la música urbana local, que dieron su salto en Chile en 2018, se hicieron espacio ayudándose entre ellos: cuando alguien triunfa, colabora con otros que están empezando, generando redes de apoyo y construyendo alianzas cohesionadas.

“La gran mayoría nos conocemos desde antes de hacer música. Tenemos una relación muy fuerte, de lazos que se generaron como una hermandad. Colaborar es algo normal entre nosotros”, remarcó Polimá.

“Aquí hay una gran alianza, entre artistas no hay envidia. Nos apoyamos entre nosotros, porque entendemos que somos un país pequeñito y que estamos solos contra el mundo”, añadió.

El reggaetón chileno en el Festival de Viña del Mar

El golpe de la música urbana chilena en la escena internacional se reflejó en el Festival de Viña del Mar de este año, que se celebra esta semana y donde el reggaetón local estuvo presente por primera vez, con Paloma Mami y Polimá, así como con una colaboración de Cris MJ con la colombiana Karol G, que inauguró el certamen.

La huella del reggaetón chileno se afianza a escala mundial, normalizando vulgarismos locales como “pololos” (novios), “flaite” (macarra) o “concha tu madre” (insulto chileno), como pasó años atrás con el reggaetón colombiano, reivindicando la jerga del origen “popular” que tienen muchos artistas, criados en barrios de la periferia.

La cantante chilena-estadounidense Paloma Mami, se presenta en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar (Chile). EFE/Adriana Thomasa

Las cifras muestran que la música urbana de Chile se consolida a escala global, lo que, para Polimá es un fenómeno que llegó para quedarse.

“Van a nacer muchos artistas, mujeres, hombres, productores o diseñadores que en el proceso se va a formar y transformar en súperestrellas. La música chilena se va a consolidar en el mundo -concluyó-, y habrá grandes hitos”.