La catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública, Carmen Vives Cases. EFE/Morell

Instituciones y centros académicos de nueve países europeos evalúan los recursos contra la violencia machista

Alicante, (EFE).- Instituciones y centros académicos de nueve países europeos, entre ellos España, participan en un proyecto en el que se analizan los recursos para luchar contra la violencia de género y las mejoras que serían necesarias, bajo un enfoque en el que se incluyen las valoraciones de las víctimas y de las fuerzas de seguridad.

Una de las principales actuaciones de este proyecto europeo es formar a agentes de la Policía mediante un aprendizaje interactivo para que puedan adquirir algo más de conocimiento sobre la problemática y las necesidades de las mujeres que sufren maltrato, con la finalidad de ofrecerles una mejor asistencia.

De igual manera se desarrollará un chatbot para informar a las víctimas sobre las formas de obtener ayuda y asistencia, además de proporcionarles un número de atención telefónica, como Policía u otros primeros intervinientes, para reducir la violencia.

Por parte española trabajan en este proyecto, denominado ISEDA (Soluciones innovadoras para eliminar la violencia de género) y con una duración de tres años (2022-2025), un equipo de investigación multidisciplinar de la Universidad de Alicante (UA), encabezado por la catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública Carmen Vives Cases, y el departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya (Mossos d’Esquadra).

 La catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública, carmen vives cases
La catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública, Carmen Vives Cases. EFE/Morell

También forman parte de ISEDA, que consta de varias fases y cuenta con financiación del programa de investigación e innovación Horizonte Europa de la UE, entidades de Alemania, Reino Unido, Francia, Grecia, Italia, Chipre, Finlandia y Bulgaria.

“Se trata de un proyecto de investigación e intervención. En la parte de investigación, que es la que nos encontramos ahora, estamos haciendo un mapeo de recursos de atención a nivel policial y social, pero no solamente inventariar los que tiene cada uno de los países donde se va a trabajar, sino también analizarlos”, ha indicado Vives Cases en una entrevista con EFE.

Entre otras cuestiones se analiza, por ejemplo, “hasta qué punto incluyen a las mujeres y a otros grupos de víctimas (los hijos), y atienden a las desigualdades sociales”, ha señalado.

“Igualmente vamos a hacer un estudio cualitativo en los diferentes países que forman parte del proyecto ISEDA, en el que van a participar mujeres afectadas por la violencia de género, asociaciones e instituciones públicas, profesionales y la Policía” para que, desde sus perspectivas, “nos aporten una valoración de los recursos disponibles y de las mejoras que serían necesarias”, ha avanzado la catedrática.

Toda esa información “nos va a servir para poder definir intervenciones que ya tenemos planificadas en el proyecto, las cuales tienen que ver, por un lado, con mejorar la accesibilidad a la policía para poner denuncias en los casos en los que las mujeres ya se encuentren en esa situación y, por otro, con mejorar la formación del personal de las Fuerzas de Seguridad en materia de violencia de género y en otros aspectos que surjan en esta parte del diagnóstico que sean relevantes”, ha dicho.

Una plataforma de datos integrada reunirá, con el consentimiento de las víctimas, pruebas judiciales que se emplearán para construir un caso legal y registrar tendencias sobre la naturaleza, frecuencia y circunstancias de los sucesos, según fuentes de la UA.

Por otra parte, hay unos equipos del proyecto (en los que no participa España) que trabajarán en una intervención con maltratadores para reconducir sus conductas.

En la fase final de ISEDA se promoverán campañas para romper con los estereotipos de género y concienciar sobre la no tolerancia a la violencia con las aportaciones de las víctimas, a través de guías informativas, carteles y vídeos dirigidos a centros educativos y a la sociedad en general.

“La situación de la violencia de género obviamente es muy diferente en los países y, sobre todo, el proyecto no se centra solo en esta problemática, en medir la magnitud y los factores de riesgo, sino en la disponibilidad de los recursos”, ha expuesto la catedrática.