El cineasta Luis Alegre (i), las actrices María Barranco (2i), Nuria Prims (3i), Bruna Cusí (3d), el productor Cesc Mulet (2d) y el director del Festival de Málaga, Juan Antonio Vigar (d), durante el acto homenaje al director Agustí Villaronga, recientemente fallecido, durante la XXVI edición del Festival de Málaga. EFE/Daniel Pérez

Agustí Villaronga: el director vulnerable que acogía a los más vulnerables

Málaga, 16 mar (EFE).- El cineasta Agustí Villaronga (1953-2023) era una persona “con un corazón muy grande que acogía a los más vulnerables, porque él también lo era y había un efecto espejo”, asegura la actriz Bruna Cusí, que rodó a sus órdenes “Incierta gloria” (2017).

Las actrices Bruna Cusí (i), Nuria Prims (2i), María Barranco (2d) y el productor Cesc Mulet (d), posan momentos antes del acto homenaje al director Agustí Villaronga, durante la 26 edición del Festival de Málaga. EFE/Daniel Pérez

Cusí ha participado este jueves en el tributo a Villaronga ofrecido por el Festival de Málaga junto a las también actrices Nuria Prims y María Barranco y el productor Cesc Mulet.

La intérprete ha recordado que el fallecido director le abrió “las puertas del mundo del cine” y cómo al trabajar junto a él se sintió “validada como actriz y tocada por una varita mágica”.

“Él cuidaba de los desamparados, y yo estaba en una época en la que me sentía desamparada. Es importante que una persona te diga que eres buena y que tienes corazón”, añade.

Nuria Prims, que también participó en “Incierta gloria”, coincide en que “cuidaba a quien le veía una fragilidad y hacía sentir especial a cada uno de los que le conocían”, con una personalidad que era una combinación “de mucha oscuridad y mucha luz”.

“Los que hemos entrado en su vida estamos tocados, porque era una persona que se daba mucho a todos pero que no se ataba a nadie”, apunta Prims, que agrega que quienes le conocían bien saben “que tenía mucho carácter y que hacía reír, pero también hacía temblar”.

María Barranco, que rodó con él “99.9” (1997), asegura que Villaronga “era luz y era un ángel, muy divertido y con mucho sentido del humor, porque había veces rodando que interrumpía las tomas porque se reía”.

“Tenía su carácter, pero le gustaban los actores, porque hay otros directores que, si pudieran, trabajarían con dibujos animados”, resalta Barranco.

Pero quien más le conoció, desde los años 70, fue Cesc Mulet, que produjo la película “El vientre del mar”, con la que Villaronga triunfó en el Festival de Málaga de 2021.

“Justo después de Málaga le detectaron el cáncer”, recuerda Mulet, que destaca que Villaronga “quería a la gente y quería al cine”, y cuando murió tenía “como cinco proyectos”.

Desvela que el cineasta tuvo “grandes bajadas al infierno” y “tiró dos veces la toalla” tras sendos fracasos, después de “El niño de la luna” y antes de “Pa negre”, pero tras el éxito alcanzado con esta “decía que estaba encantado que la industria le amara, porque sabía que era un chico raro y maldito”.

“El vientre del mar” nació en plena pandemia a partir de una adaptación teatral, primero con la idea de rodar un corto que después se transformó en un largometraje “para conseguir algo de dinero público”.

“Fue un rodaje muy duro y muy especial, y uno de los más libres que ha hecho Agustí, y eso me emociona mucho. Era como un niño mayor que quería hacer lo que quería”, afirma Mulet, que cree que “El vientre del mar” es “dolorosa, muy cruel, muy poética, muy experimental, es carne, es piel y es alma”.