Inmaculada Tapia |
Madrid (EFE).- La danza es una gran desconocida para el público, “a pesar de haber sido el primer medio de comunicación” por su carácter universal, señalan algunos artistas que, este sábado, celebran el Día Internacional de la Danza con la esperanza de que las instituciones le insuflen el aliento necesario para darle mayor proyección.
Las redes sociales se llenan de coreografías que se viralizan en minutos, de Shakira a Rosalía, de Rihanna a JLo, sin embargo, la danza no acaba de dar un salto exponencial en la programación de los teatros españoles y no se percibe como elemento de evolución de la sociedad.
“La danza es un medio de comunicación, de creatividad, es un arte”, señala a EFE el bailaor y coreógrafo Israel Galván, que advierte de que solo unos pocos tienen en cuenta el esfuerzo que conlleva dedicarse a una profesión que no todo el mundo comprende.
La responsabilidad de las instituciones
La bailarina Lali Ayguadé (Barcelona, 1980), premio Max 2023 a mejor intérprete de danza por “Runa”, hace hincapié en que la danza contemporánea se tiene que poner en valor como en su día se hizo con la pintura contemporánea: “hay gente que se pregunta qué es”, una tarea de la que responsabiliza a las instituciones, que considera que deben tener más presente esta disciplina.
Una reflexión en la que coincide el bailarín y coreógrafo Mario Bermúdez Gil (Vilches-Jaén, 1987), Premio Max 2023 a mejor intérprete masculino de danza por “El Bosque”. “Fue una de las primeras artes escénicas, la primera forma tradicional de comunicarnos. El baile no es solo pasarlo bien”.
Bermúdez fundó en 2016 su compañía Marcat Dance en Vilches (Jaén) Marcat Dance donde la creatividad surge de la inspiración de varias culturas y de la investigación del cuerpo en movimiento.
Aunque asegura que hay mucho que celebrar en este día, advierte de que no se valora el trabajo de los artistas que se dedican a la danza.
“Nos dejamos la piel todos los días y como padre de familia apuesto por esta profesión; estamos creando arte y el arte tiene que ser valorado”, porque requiere inversión para poder desarrollarlo, dice el creador a EFE.
Falta de visibilidad
Elegir el suelo adecuado o un lugar de ensayo diáfano “suponen miles de euros. La creación conlleva armar una empresa y todos los riesgos que eso significa”, una trastienda que no se ve, “Tengo una empresa de danza contemporánea y dentro va el apartado creativo y el administrativo”.
Los tres artistas, con una intensa carrera internacional, destacan que la falta comunicación y conocimiento lastra la danza. “Vivimos en la incertidumbre y a la defensiva, un poco como Juana de Arco. Tenemos que nutrir la senda del arte y las instituciones deberían contribuir a ello”, apunta Bermúdez.
Israel Galván (Sevilla, 1973), Premio Nacional de Danza 2005 y premio Talía 2023 de la Academia de Artes Escénicas a mejor intérprete masculino de danza por “Seises”, ha desarrollado una extensa carrera internacional bailando flamenco.
“Hemos abierto nuestra tradición al mundo”, pero, sin embargo, se lamenta de que, aunque también tiene espacio en las grandes ciudades españolas, “hay pequeños rincones a los que no llegamos”, una razón por la que reclama “inversión para crear afición”.
Establecerse en España
Corea del Sur ha sido uno de los últimos destinos de Lali Ayguadé, donde ha coreografiado y dirigido una pieza para la Compañía Nacional de Danza Contemporánea de Corea.
“Hablamos con el cuerpo, el movimiento es más internacional que la palabra”, indica Ayguadé, que agradece poder conocer otras culturas. “Hemos salido mucho, pero estaría guay que aquí (en España) se pudiera estar durante todo el año”.
La bailarina de danza contemporánea señala que, a pesar de que son muchos los artistas dedicados a esta disciplina, debería de haber “más ayudas (institucionales) para dar a conocer un lenguaje que hay gente que desconoce en todas sus variedades”.
