Rafael Álvarez, "El brujo". EFE/ Miguel Oses

Rafael Álvarez, “el Brujo”: “Hay desprecio, incluso odio, de la clase política hacia el teatro”

Eduardo Villanueva |

Cáceres (EFE).- En su particular “viaje del monstruo fiero”, título de su último espectáculo, el actor y dramaturgo Rafael Álvarez, “El brujo”, repasa su yo teatral y analiza las relaciones de este arte con la clase política. “Hay desprecio, incluso odio, hacia el teatro”, afirma en una entrevista a EFE.

Aunque es un habitual del Festival de Teatro Clásico de Cáceres, que este año cumple su XXXIV edición, hacía ya diez años que Rafael Álvarez ‘El Brujo’ no se subía al escenario de la monumental plaza de San Jorge.

En “El viaje del monstruo fiero”, el cordobés cose sus últimos cuatro espectáculos a través del hilo autobiográfico de su ‘yo’ teatral, a la vez que reflexiona sobre este arte y la complicada relación de los políticos, todo ello con una puesta en escena minimalista. “Lo importante es la fuerza de la palabra”, apunta.

“Esta es una profesión muy difícil. A mí me ha ido muy bien, pero he tenido que trabajar muchísimo; no te puedes imaginar -insiste- lo que he peleado, incluso con el público para poder atraerlo a un tipo de lenguaje”. “Hasta que al público no le resulta convincente lo que tú haces es todo una lucha”, agrega.

El Brujo
Rafael Álvarez, “El brujo” repasa su yo teatral y analiza las relaciones de este arte con la clase política. EFE/ Eduardo Villanueva


Superada esta fase embrionaria en su labor diaria, llegan la segunda. “Vienen los críticos y los entendidos, y luego están los políticos y los directores de festivales… toda la parafernalia de gente que vive de esta profesión, pero que no son del gremio”.

La conclusión es que es “una lucha inmensa” con el añadido de que ahora “la gente joven lo tiene mucho más difícil”.

“Hay un miedo normal a no poder sobrevivir, una angustia de no llegar a fin de mes que nos hace dóciles y temerosos, y eso lo han aprovechado las instituciones, con gran ignorancia de este arte, para quitarse de encima los presupuestos dedicados al teatro”, critica sin morderse la lengua tanto a un lado como a otro de la esfera política.


La crisis financiera de 2007 y 2008 trajo una retahíla de recortes con los estertores de los gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y de Mariano Rajoy. “Era aberrante que el teatro tuviera un IVA del 21 % y el fútbol, un 10%. No era un síntoma de indiferencia hacia el teatro, era un desprecio, incluso odio”, agrega.

Todo ello era, en su opinión, “las ganas de acabar con esta gente farandulera que nos va a dar la lata”. “Le pasa a los políticos de todos los colores”, remarca durante la entrevista.

A su juicio, “la izquierda reciente, esa izquierda enardecida, indignada y con un resentimiento histérico, ya no es que sea contracultural ni paracultural, es que es acultural; está al margen de la cultura. Profesa una cultura de eslóganes y de activismo político, pero es una izquierda mucho más domesticada de lo que se cree”.

El cómico, que para sus genuinas improvisaciones se fija en la actualidad y en la sociedad que le rodea, hace chanza de los políticos. “El humor, si es genuino, es sano porque empiezas por reírte de ti mismo. Tú te ríes de un político, pero te estás riendo también de ti porque piensas: “y yo que le voto”.

“Yo me río de la vida misma, de la paradoja que es la vida en la que estamos involucrados; de la izquierda y la derecha, pues, a la postre, cada uno ve el mundo como lo ve y esto -sostiene- es un disparate”.

Al hilo de todo ello, y preguntado por la situación política en Extremadura, Rafael Álvarez la ve como “un sainete muy típico de la sociedad extremeña, una sociedad muy directa, muy campechana, pero también un poco localista”.

“Lo veo hasta cierto punto simpático, porque esta mujer -en referencia a la candidata popular María Guardiola- es un personaje un poco de sainete, pero el otro también”, en alusión al líder regional de Vox Ángel Pelayo Gordillo.

A ambos les recomienda “distensión”, un ejercicio que permite pensar mejor sobre los problemas. “Si te cabreas demasiado y piensas que estás en lo cierto, y que los demás están totalmente equivocados, te vuelves dogmático, histérico e insoportable”.

“Que se lo tomen con calma e intenten llegar a un acuerdo; si no, pues que repitan las elecciones y ya está”, afirma el actor, quien sostiene que la posición política de Guardiola a la hora de “no querer tragar con Vox está bien”. “A ella le parece que no tiene que pasar por ahí, pues me parece muy bien”, incide.