Un Zeus gamberro, desmemoriado y muy humano, encarnado por el actor Juan Meseguer, en la obra "El regalo de Zeus", en el marco del Festival de Teatro de Mérida. EFE/Jero Morales

Un Zeus gamberro hace reflexionar a Mérida sobre el destino del mundo

Jero Díaz Galán

Mérida, 24 ago (EFE).- Un Zeus gamberro, desmemoriado y muy humano, encarnado por el actor Juan Meseguer, ha hecho esta noche un regalo a Mérida, un viaje por el Olimpo que ha permitido reír y reflexionar al público sobre el destino del mundo con Enma Ozores como Talía, la musa de la comedia.

“El regalo de Zeus”, la propuesta extremeña con la que este verano cierra su 69 edición el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, se ha estrenado en la arena del Teatro Romano como un espectáculo coral y multidisciplinar en el que a lo largo de 110 minutos no ha faltado la música, la danza, el circo, el videomapping y hasta las imágenes en 3D.

De hecho las columnas del frente escénico han sido más protagonistas que nunca al proyectarse sobre ellas el cielo estrellado, las constelaciones, el mar o la tierra.

Con un texto audaz escrito por la extremeña Concha Rodríguez, directora de La Estampa Teatro, el montaje ha sido codirigido por ella y por Ángeles Vázquez y Juan Antonio Moreno, de Entrearte Al-Badulaque, que junto al Festival de Mérida han coproducido este espectáculo.

Los tres han dirigido a un elenco formado, además de por Ozores y Meseguer, por Pablo Mejías, Raquel Bravo, Rubén Torres, Sandro Cordero y María José Mangas Durán.

A todos ellos se han unido las acrobacias y el baile de Mike Dosperillas, Cira Cabases, Sandra Susana Carrasco, Jorge Safer, Daniel Barros, Alberto Puerto y Daniel “Sifer”, este último encargado del diseño de coreografías y que por primera vez ha traído la danza urbana del popping al Teatro de Mérida con un gran sensibilidad y belleza.

“El regalo de Zeus” arranca en un ambiente industrial de los inicios del siglo XX y acerca al público a un Olimpo disparatado a través de las musas de la comedia y la tragedia que se esfuerzan por ganarse el relato de lo divino y sobre todo de lo terrenal.

Este paseo por mitos y dioses, aborda temas tan actuales como los bulos, la postverdad, las pandemias o el cambio climático, “la soberbia de humanos ególatras y egocéntricos, empeñados en autodestruirse”, como sentencia Zeus, el rey de todos los dioses, que ha perdido valor en un mundo en que el verdadero dios no es otro que el teléfono móvil y la aplicación Alexa.

Se trata, en el fondo, como ya adelantó Concha Rodríguez en la presentación de su obra, de una distopía que conduce finalmente a la utopía.

En ella, el regalo de Zeus, Pandora, interpretada por la artista de circo Sandra Susana Carrasco, que hace las delicias del público con sus número de aros, no es la poseedora de la caja que contiene todos los males del mundo, sino una mujer que quiere contar su versión de los hechos y que se erige como portadora de la esperanza en un alegato a favor de la igualdad y de los finales felices.

En un mundo “en el que todos queréis tener la razón sin tener razón ninguna” y en una civilización a la que solo le falta un nuevo diluvio universal, según sentencia Zeus, “la esperanza es eterna mientras dura”, tan eterna e inmortal como los dioses del Olimpo, como el mismo teatro, en el que todo es ficción y cierto al mismo tiempo.