El cantante Miguel Ríos (c) relata su experiencia en el ámbito empresarial, en el marco del congreso internacional Tiempo de Arte. EFE/Román G. Aguilera.

Miguel Ríos: Siempre he visto mi trabajo como un servicio público

Santander (EFE).- Después de toda una vida consagrada al rock and roll y a las puertas de cumplir los ochenta, Miguel Ríos quiere volcarse ahora en su fundación, a “beneficio de Granada, de España y del mundo”, aunque siempre ha visto su trabajo en la música como “un servicio público”.

Para Miguel Ríos, hay algo espiritual que conecta al que escribe una canción con el que la escucha. Y tomar el rock por bandera y dedicarle la vida “ya tiene una transcendencia”, es un compromiso. “Cuando te comprometes estás entregando una parte de ti y estás haciendo un servicio público a la gente que te sigue”, sostiene.

Son reflexiones que ha compartido con los asistentes al congreso internacional Tiempo de Arte, que ha clausurado este jueves en Santander junto a Ignacio Quintana, CEO de Forbes y el único manager de toda su carrera con el que no ha acabado mal, según confesión de ambos.

El cantante ha explicado que, como la biología ya no le da “para atender a muchos frentes”, se va a dedicar a ayudar a la fundación que lleva su nombre en los dos ámbitos en los que trabaja: por un lado la difusión de la música popular, llevándola a los conservatorios, y por otro, la solidaridad.

Ahora está preparando el festival benéfico Granada All Star, que se celebrará el 8 de junio, un día después de su cumpleaños en la plaza de toros de la ciudad, y en el que estará acompañado por cuatro bandas: Los Ángeles, 091, Lagartija Nick y Niños Mutantes.

Además se presentará un audiovisual que recorrerá la historia musical de una ciudad que “genera mucha creación”, desde la clásica a las “novísimas generaciones” de la música urbana.

Rockero insurgente y empresario

Miguel Ríos ha sido invitado al congreso de Santander para hablar de su faceta como empresario, que ejerció ya en sus comienzos después de vender siete millones de discos del “Himno de la alegría”. Eso le dejó “una pasta que un rockero insurgente de 24 años no esperaba ganar” y lo empleó en “aprender su oficio”.

Fue cuando se inventó los “Conciertos de rock” en los teatros, que ningún empresario quería financiar. En Madrid estuvieron tres días, en Granada abarrotaron… pero ya en Antequera fue otra cosa, ha recordado.

Animado por las 800.000 entradas que vendió en la gira “Rock de una noche de verano”, en 1985 se metió en otra aventura empresarial con “Rock en el ruedo”, que le costó 60 millones de pesetas de la época porque tuvo que pagar tres escenarios rotatorios adaptados a las plazas de toros.

Concierto de Miguel Ríos en el recinto Son Fusteret de Mallorca. EFE/Cati Cladera.

Con Ignacio Quintana empezó a trabajar en la gira de despedida “Bye bye Ríos”, que iba a ser su adiós a los escenarios. Sigue al pie del cañón quince años después pero aclara, a quienes bromean sobre las veces que se ha despedido, que solo ha sido una. “No soy Antoñete”, ha protestado.

Entonces, ha confesado, sí creyó que iba a ser la última vez. “Pensaba que tenía 65 años y que las musas se habían ido con Joan Manuel Serrat”, se ha justificado, antes de felicitar al músico catalán por su flamante Princesa de Asturias.

Pero luego llegaron los compromisos: invitaciones a compartir escenario con artistas que ya habían colaborado con él, los conciertos benéficos, y “el gusanillo del aplauso”. “Cantar con quienes cantan tus canciones es muy adictivo”, ha asegurado.

Entre las últimas que ha escrito está “La estirpe de Caín”, para unos tiempos que “no son buenos para la lírica” como ya dijo Golpes Bajos.

“La música tiene que contar la realidad de la que pasa, en el momento que pasa”, ha defendido el cantante granadino, que se apunta a la banda de Bruce Springteen y de Dylan porque “tienes que buscar un sentido a todo”. Y ahí sigue, “en la resistencia antes y en la resiliencia ahora”.

Carácter transformador

El congreso ha sido clausurado oficialmente por la consejera de Cultura, Eva Guillermina Fernández, que ha reivindicado el carácter transformador de la cultura para adquirir conocimiento y hacer frente a los nuevos retos de la sociedad, como la inteligencia artificial o el calentamiento global.

La consejera, que ha estado acompañada por la fundadora y directora del congreso, Merche Zubiaga, ha anunciado que la cuarta edición se celebrará del 7 al 8 de mayo de 2025 en el Palacio de Festivales, con México como país invitado