Enrique Vila-Matas regresa con 'Montevideo', un libro repleto de puertas que hacen viajar mentalmente a diversos lugares por los que pasean escritores pasados y presentes que conforman un "canon literario lejano del oficial" y que permite al escritor barcelonés ejercer de crítico literario a través de la narración. EFE/Javier Cebollada

Enrique Vila-Matas: Ejerzo de crítico literario a través de la narración

Zaragoza (EFE).- Enrique Vila-Matas regresa con ‘Montevideo’, un libro repleto de puertas que hacen viajar mentalmente a diversos lugares por los que pasean escritores pasados y presentes que conforman un “canon literario lejano del oficial” y que permite al escritor barcelonés ejercer de crítico literario a través de la narración.

Enrique Vila-Matas regresa con 'Montevideo', un libro repleto de puertas que hacen viajar mentalmente a diversos lugares por los que pasean escritores pasados y presentes que conforman un "canon literario lejano del oficial" y que permite al escritor barcelonés ejercer de crítico literario a través de la narración. EFE/Javier Cebollada
Enrique Vila-Matas regresa con ‘Montevideo’, un libro repleto de puertas que hacen viajar mentalmente a diversos lugares por los que pasean escritores pasados y presentes que conforman un «canon literario lejano del oficial» y que permite al escritor barcelonés ejercer de crítico literario a través de la narración. EFE/Javier Cebollada

En ‘Montevideo’ (Seix Barral) vemos de nuevo a un grupo de escritores -de Sterne a Valéry, Cortázar o Roberto Bolaño- que forman con sus citas y sus anécdotas una ‘troupe’ que acompaña a Vila-Matas (Barcelona, 1948) en sus líneas y “que aumenta en cada libro ligeramente”.

“Es la memoria con la que trabajo siempre”, señala el autor en una entrevista a su paso por Zaragoza, después de citar al poeta americano Walt Whitman que se preguntaba y respondía: “¿Me contradigo? Sí, me contradigo”.

Y a continuación no esconde que él mismo practica la contradicción continuamente, de hecho, “toda la novela es un tratado de la ambigüedad” y afirma muchas cosas que pueden entenderse también de forma contraria, como cuando nombra a unos escritores que son franceses, pero que no lo son.

Él mismo, ‘Chevalier’ de la Legión de Honor Francesa y condecorado con la ‘Ordre des Arts et des Lettres’ reconoce que es un barcelonés “con formación cultural francesa”, ya que en París recibió sus enseñanzas clave: “No me di cuenta en ese momento pero lo veo ahora”.

Por eso, aunque el núcleo central de la novela sucede en Montevideo, Vila-Matas dedica una buena parte de ella a París, donde vivió “de una forma interesante” durante dos años, solo por primera vez en su vida.

“En el libro se viaja mentalmente a muchos lugares, pero se abre y se cierra desde París. Y es posible que sea un libro escrito mentalmente desde París, aunque esté escrito desde Barcelona”, reflexiona el autor, traducido a más de una treintena de idiomas y que acaba de sumar a su palmarés literario el Premio Internacional de la V Semana de las Letras ‘ExLibris Murcia’.

Por ‘Montevideo’ -y por otras ciudades como Cascais, Reikiavik o Bogotá- pasea un ensayista al que le gustaría dedicarse al pensamiento en literatura y no a la narración, pero que, paradójicamente, acaba narrando.

“Pero el ensayista sigue interviniendo en el libro con su pensamiento, que se retransmite en directo en la novela, las intervenciones del autor que modula lo que ocurre en la historia”, completa Vila-Matas, quien insiste en que él hace “ficción”.

“La autoficción sí que existe, pero no vale la pena utilizar una palabra tan larga, cuando en realidad todo es ficción, nada más”, explica el autor, que no se siente cómodo con esa etiqueta, ya que también hay autoficción en Proust o en Cervantes, porque “todo es autoficción”, pero “en realidad, lo que se escriben son ficciones”.

Además, defiende que la no ficción también es una ficción, “porque no se puede reproducir la realidad con exactitud”.

Su nuevo libro ha supuesto “un montaje feliz a través de una estructura muy inédita”, en la cual viaja mentalmente de un lugar a otro, “sin perder nunca el núcleo central del libro, siempre saltando de una cosa a otra y logrando una coherencia entre todo” lo que va contando.

Gracias a la estructura de la narración, “que en el fondo es infinita”, cree que ha gozado de “un ímpetu superior al de otros libros” y que tiene pensada la continuación porque, normalmente, todas sus novelas salen del anterior.

“Llego a un límite que hace que me pregunte qué haré ahora y, entonces, tengo que pensarlo. Dentro del encierro en el que me encuentro, que parece que he llegado al final de la exploración, veo una salida y por esa sigo escribiendo”, sentencia.

Al final de la entrevista, duda sobre dónde iría si tuviera que trasladarse físicamente a uno de los lugares de su libro porque “en ninguno” ha tenido “experiencias muy agradables”, pero reconoce finalmente que “escogería quizás el París en el que era un delincuente”. “Volvería al principio”.

Inés Escario