La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica inicia en el Cementerio de El Carmen de Valladolid los trabajos de excavación de tres fosas comunes en las que esperan recuperar los restos mortales de unas 160 personas.EFE

Inician la excavación que prevé hallar restos de 160 represaliados en el cementerio de Valladolid

Valladolid, 14 sep (EFE).- Recuperar e identificar los restos mortales de hasta 160 personas represaliadas durante la Guerra Civil y la dictadura que fueron hacinadas en tres fosas comunes del Cementerio del Carmen de Valladolid es el objetivo que se ha propuesto la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que este miércoles ha comenzado los trabajos de excavación después de años de labor de investigación en archivos.

El arqueólogo y miembro de la ARMH en Valladolid, Julio del Olmo, ha explicado a EFE que las investigaciones en archivos como el Militar de El Ferrol han sido la principal fuente de información para acometer estos trabajos, continuación de los que llevaron a recuperar en fosas del mismo cementerio restos mortales de otras 250 personas también fusiladas en la misma época y que espera completar con la localización de otras tres fosas, donde calculan que puede haber otros dos centenares de represaliados.

Son esos documentos de la Séptima Región Militar a la que pertenece Valladolid los que van a ayudar a la Asociación a poder identificar los restos mortales, ya que a diferencia de otros casos en los que se trataba de recuperar los huesos de personas que habían sido fusiladas extrajudicialmente, en este caso creen que están ante tres fosas en las que fueron depositando a personas condenadas a muerte en juicios donde se evidencia que lo fueron por su posicionamiento inicial contrario al golpe de Estado, según explica Del Olmo.

Fundamentalmente son alcaldes, concejales, sindicalistas o personas con autoridad que tomaron alguna iniciativa para defender la República en los primeros momentos tras el golpe y ante la llegada de los militares a los municipios, en muchos casos sin que hubiera realmente un enfrentamiento, sino por el mero hecho de posicionarse, ha añadido Del Olmo, en referencia a las causas judiciales analizadas.

Son tres fosas que ocupan un espacio conjunto de unos 19 metros de largo, 2,40 metros de ancho y calculan que cerca de 1,50 metros de profundidad, que fueron localizadas con los trabajos de cata desarrollados entre los pasados meses de marzo y mayo, ayudados por familiares que conocían la posible ubicación y por las piedras reaprovechadas que en su día fueron utilizadas para señalar el enterramiento.

De hecho, el origen de esta excavación está en la existencia de dos espacios perimetrados en 1980 por la UGT y el PSOE como recuerdo de las víctimas, con un panteón y un memorial que aún se conserva, pero mientras en uno de estos lugares no fueron hallados restos, la cata sí dio un resultado positivo en el otro.

Ahora la idea es conseguir que los documentos sobre los juicios y las ejecuciones de estas personas sirvan como guía para identificar los restos, ya que van a ir recuperando las tandas depositadas en esas fosas comunes y prevén que se vayan ajustando a los días en que fueron fusilados y el lugar de origen, dado que todos esos datos figuran en los archivos.

Del Olmo ha desvelado que, al contrario de lo que ocurre en otros espacios excavados, en estas fosas esperan encontrar los cuerpos “colocados” y no arrojados, además de contar con datos que apuntan que algunas de las personas que fueron ejecutadas en estas fechas no fueron enterradas en estas fosas comunes, sino que sus familias consiguieron darles sepultura de forma individualizada junto a otros allegados.

Lo que también indican las investigaciones en archivos es que, aunque en cunetas y parajes de ubicación desconocida hay miles de represaliados aún por localizar en España, los cementerios se convirtieron en el principal lugar de enterramiento, aunque en el imaginario popular existan lugares de referencia para los fusilamientos.

En el caso de la provincia de Valladolid, explica Del Olmo, hay una creencia de que fueron los Montes Torozos el escenario de muchos de estos crímenes, pero las investigaciones apuntan a que, pese a realizarse allí algunas de ellas, otras fueron realizadas en las inmediaciones de la capital y estas personas eran llevadas posteriormente a fosas comunes del cementerio de El Carmen, donde los investigadores calculan que habría más de un millar de represaliados enterrados en fosas comunes.

La casualidad juega un papel esencial en este tipo de investigaciones, pero también son importantes la “liturgia” militar que lleva a “conservar completamente todo” y la voluntad política de abrir estos archivos con posterioridad, ya que fue un permiso concedido por la entonces ministra de Defensa, Carme Chacón, el que permitió acceder en El Ferrol a la información original que se ha materializado ahora con estos trabajos.

Sobre estos ingredientes, el arqueólogo detalla que han tenido acceso a una serie de cartas de varios presos republicanos que fueron sacadas de forma clandestina de la prisión para despedirse de sus compañeros y familiares por un preso liberado, pero que fue detenido nuevamente justo al salir y le incautaron las misivas.

El hecho de que fuera detenido y las cartas interceptadas por los militares archivadas es lo que permite en la actualidad tener acceso a esa información, ya que de haber llegado a sus destinatarios no estarían registradas de este modo y se habrían perdido, ha añadido Del Olmo.EFE

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