El director Paul Urkijo posa durante la presentación de la película Irati en la 55ª edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges. EFE/Siu Wu

Paul Urkijo lleva la mitología vasca a “Irati”, favorita en el Festival

Sitges (Barcelona), 9 oct (EFE).- El cineasta Paul Urkijo lleva la mitología vasca a la gran pantalla en su película fantástica “Irati”, que ha tenido su estreno absoluto en la sección competitiva del Festival de Cine Fantástico y que con el elogio unánime de público y prensa ya figura entre las favoritas del certamen.

El actor Eneko Sagardoy (i) besa a su compañera de reparto Edurne Azkarate durante la presentación de la película Irati en la 55ª edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges. EFE/Siu Wu

“Irati” sitúa su argumento en el siglo VIII, cuando el cristianismo se extiende por Europa al tiempo que las creencias paganas van desapareciendo.

En este contexto, ante el avance del ejército de Carlomagno al atravesar los Pirineos, el líder del valle pide ayuda a una diosa ancestral vasca, Mari, y a través de un pacto de sangre, derrota al enemigo franco en la batalla de Roncesvalles dando su vida a cambio, pero antes hace prometer a su hijo Eneko que protegerá y liderará a su pueblo en la nueva era.

Años más tarde, Eneko afronta esa promesa con una misión: recuperar el cuerpo de su padre enterrado de forma pagana junto al tesoro de Carlomagno, pero pese a su fe cristiana recurre a la ayuda de Irati, una enigmática pagana de la zona.

En esa búsqueda los dos jóvenes se adentrarán en un bello pero a la vez inquietante bosque donde “todo lo que tiene nombre existe”.

En la presentación ante la prensa del festival, Urkijo ha explicado que “se trata de una historia muy local, muy arraigada, que parte de los cuentos de la mitología vasca que nos contaban de pequeños cuando íbamos al bosque pero que es totalmente exportable”.

Para afrontar este proyecto se ha documentado histórica o antropológicamente: “La diosa Mari es un vestigio de una cultura indoeuropea muy antigua que rendía culto a la naturaleza y en la mitología vasca hemos tenido suerte gracias a la orografía y al idioma a que se haya preservado ese vestigio”.

La película describe ese momento de ocaso del paganismo, que el director resume con la frase “Todo lo que tiene nombre existe”, un lema que aplica al bosque que los lugareños quieren preservar, “un mundo que se ve alterado cuando llegan las grandes religiones o, como hoy, cuando llegan las grandes empresas y lo absorben todo”.

Precisamente, añade Urkijo, “de los símbolos de la mitología se pueden extraer lecciones, y una de ellas es el respeto a la naturaleza, a los demás”.

Advierte el director de “Errementari” que “no es una película con una ideología, no se habla mal del cristianismo, los cristianos no son los malos, sino que se observa cómo las deidades se van adaptando en la historia, y esa diosa madre Mari, que podría bien ser Isis, tiene luego continuidad con la virgen María”, si bien, reconoce, esta idea está forzada, pues la devoción a María no se extendió hasta el siglo XIII.

Otro de los desafíos de la película es la utilización de un euskera que pareciera antiguo: “Le hemos dado la sonoridad de un euskera del norte, al que le hemos dado una aspiración por la influencia del árabe y también le hemos aplicado la rima”.

La naturaleza, con muchas localizaciones que Urkijo ya conocía desde pequeño, se convierte en un protagonista más de la película: “Toda se rodó con luz natural y en la oscuridad con fuego real, lo que le da un realismo y una textura a la cinta que es lo que también pide una historia mitológica”.

Para su director, la película tiene “un factura de Hollywood”, pero con esta producción se demuestra que “también podemos hacer proyectos de este tipo aquí, es cuestión de encontrar las localizaciones, mimarlas”.

El equipo de “Irati” ha sido despedido con un sonoro y prolongado aplauso, que augura una carrera comercial de éxito a esta superproducción vasca.

Jose Oliva