Madrid, 8 sep (EFE).- El exministro de Sanidad Salvador Illa ha revivido este miércoles los momentos que más le han costado “digerir emocionalmente” del año 2020, en el que tuvo que tomar decisiones muy complicadas, pero del que se lleva la demostración de que “España actuó con racionalidad”.
Illa ha recorrido aquel año arropado por casi la mitad del Gobierno -encabezado por el presidente, Pedro Sánchez-, y también de antiguos compañeros del Consejo de Ministros, además de un nutrido grupo de técnicos del Ministerio de Sanidad que le acompañaron en esos momentos, como el director del CCAES, Fernando Simón.
Lo ha hecho durante la presentación de “El año de la pandemia. Del estado de alarma al inicio de la vacunación”, un balance en primera persona de sus doce meses al frente del Ministerio de Sanidad que ha resumido así: “Lo que pienso es que España se comportó con mucha decencia. En un momento muy complicado se actuó con racionalidad, con transparencia”.
Ante un anfiteatro de la Casa de América a rebosar, el primer secretario del PSC ha rememorado que aquel año él no leyó la prensa. “Iba a lo que tenía que ir”, ha añadido.
Es por ello que decidió que no iba a enzarzarse en una contienda política. “Las personas que lo estaban pasando mal, los sanitarios… no se merecían eso (…) Había que estar a lo que había que estar: salvar vidas”.
De lo más duro que vivió fueron los tres meses “sin sábados ni domingos” encerrados en Moncloa en los que no pudo ver a su familia; de los peores días, el 1 de abril cuando las cifras arrojaron 950 años; o cuando tuvo que firmar la orden que restringía la asistencia a los funerales.
Y de lo mejor, la vacuna, que él empezó a vislumbrar como una realidad a finales del verano de 2020, y en la que España ha dejado una huella con Hipra.
En todo el recorrido le acompañó un equipo del Ministerio que el no conformó pero con el que luego estableció una relación de “complicidad”; además de los técnicos, encabezados por Simón, “servidores públicos que trabajaron 18 horas al día” por vocación y que lo hicieron “en pelotón”. “Fue clave”.
También ha tenido buenas palabras para los consejeros, que espera que tomen su libro como un homenaje por el trabajo que realizaron y el clima que sembraron en las reuniones del Consejo Interterritorial, sobre todo al inicio.
De la misma manera, con el presidente del Gobierno tejió “una relación desde el principio de mucha franqueza”. “Encontré -ha asegurado- a una persona, a un jefe, a un presidente, muy racional, que incluso iba muy al detalle. Todos los papeles que le enviaba se los leía y siempre me pedía opinión”.
“Ha sido revivir momentos que no pude digerir emocionalmente; fue todo tan intenso, tan de golpe, con cosas tan nuevas cada día, que ha sido un ejercicio muy interesante”, ha dicho Illa esperanzado de que su “versión” de lo sucedido “sirva para aprender de aquel año”. EFE
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