Murcia, 18 may (EFE).- Carlos Alcaraz descansa estos días en El Palmar (Murcia) junto a su familia y amigos, con los que anoche vio por televisión el partido de fútbol Manchester City-Real Madrid como terapia para oxigenarse y enseguida viajar a Villena (Alicante) para entrenar a fondo y llegar en plena forma a Roland Garros después de haber caído eliminado en la tercera ronda del Masters 1.000 de Roma.
El joven tenista murciano, de 20 años y número 1 del mundo, vio truncada al perder por 3-6 y 6-7 (4) ante el húngaro Fabian Marozsan su racha de 12 victorias seguidas en tierra batida, superficie en la que buscará su primer título en París, donde se disputará el segundo Grand Slam de la temporada y que será el primero en el que participará Alcaraz en este 2023 después de perderse el Abierto de Australia por lesión.
Ese inesperado tropiezo ante el jugador número 135 de la ATP dio al traste con las esperanzas del palmareño de conquistar su tercer título consecutivo y quinto del año, tras los ganados en el Masters 1.000 de Madrid y en el ATP 500 de Barcelona y previamente en el Masters 1.000 de Indian Wells y en el ATP 250 de Buenos Aires.
“Tengo que resetear mi mente y descansaré y desconectaré durante unos días para luego entrenar y llegar fresco a Roland Garros”, comentó después de su KO en el Foro Itálico el pupilo de Juan Carlos Ferrero, que ultimará la preparación para competir en la capital francesa y lo hará en la JC Ferrero Equelite Sport Academy.
Carlos estará en casa hasta este viernes, día en el que se desplazará a la localidad alicantina de Villena, y ya a mediados de la semana que viene volará hasta París junto a su equipo.
“Están siendo unos días tranquilos y en familia para Carlos, quien también está quedando con los amigos y es algo también necesario ante tanta competición. Pronto volverá a trabajar a tope pensando en lo que le viene”, indicó su padre, Carlos Alcaraz González.
