El técnico Víctor Fernández da una rueda de prensa durante su presentación como nuevo entrenador del Real Zaragoza este martes. EFE/ Javier Cebollada

Víctor Fernández: “No habrá un futuro brillante si no resolvemos este presente delicado”

Zaragoza, 12 mar (EFE).- Hasta en dos ocasiones ha tenido que abandonar Víctor Fernández la sala de prensa del estadio de La Romareda, visiblemente emocionado y sin poder articular palabra, tras asumir el reto de dirigir al Real Zaragoza en el que ha asegurado que lo primero es “mirar cerca para después poder mirar lejos”.

El técnico Víctor Fernández (i) posa en el terreno de juego junto al director general del Real Zaragoza, Raúl Sanllehí (d), durante su presentación como nuevo entrenador del Real Zaragoza este martes. EFE/ Javier Cebollada

“Nunca habrá un futuro brillante si no resolvemos antes el presente que es delicado y con muchas nubes”, ha afirmado Víctor Fernández en la que es la cuarta ocasión en la que se hace cargo del equipo zaragocista.

Víctor Fernández posa en el terreno de juego durante su presentación como nuevo entrenador del Real Zaragoza este martes. EFE/ Javier Cebollada

Víctor Fernández, muy sensible emocionalmente durante el tiempo que ha permanecido en la sala, ha reconocido que antes de decidirse por volver al banquillo zaragocista “tenía una vida muy fácil, cómoda y alegre” y por eso no tenía como objetivo inmediato regresar al Real Zaragoza, de hecho incluso ha reconocido haber rechazado alguna oferta económica muy importante para irse a Emiratos Árabes a entrenar pero “no me compensa”.

En este sentido ha desvelado que el fracaso que supuso no conseguir el ascenso con Real Zaragoza en la temporada 2019-2020, en la que antes del parón de la pandemia parecía tenerlo todo encarrilado para subir y finalmente no lograrlo fue un duro golpe.

“Me dejó vacío de energía, me dejó vacío de todo. Estuve inmerso en una soledad infinita, de dolor y tristeza por no alcanzar el objetivo y nunca me había planteado si entrenaría”, ha confesado.

Por eso la llamada de los responsables de la entidad blanquilla, que han reconocido que Víctor Fernández era la única opción para sustituir a Julio Velázquez, ha explicado: “Cuando me llaman, me entra mucho respeto porque es el Real Zaragoza y aquí estoy”.

“Jamas devolveré al Real Zaragoza lo que me ha dado. Es imposible, por eso tengo que devolverle todo lo que me ha dado como pueda”, ha añadido.

“Tengo mucha ilusión y espero tener energía”, ha afirmado para tratar de conseguir el objetivo a futuro de devolver al equipo a la máxima categoría, y para ello también ha subrayado que cuenta con un equipo de trabajo, con David Navarro como segundo y Javi Suárez, en el que se ve reflejado y que “se quiere comer el mundo”.

“No vengo como salvador, sino como uno más desde la humildad. Voy a ayudar a los jugadores dándoles las herramientas adecuadas porque los grandes protagonistas son ellos”, ha insistido.

Del primer contacto con la plantilla ha explicado que desde el principio de la mañana “me notaba raro” y a pesar de su “veteranía” pensaba “y si me pongo nervioso”, momento en el que ha abandonado por primera vez la rueda de prensa.

A los jugadores, ya más sereno, ha comentado que les ha pedido que deben ser “maduros y responsables” porque, aunque cuando decidió asumir el reto sabía esta vez no haría falta una “heroicidad” como la que necesitó hacer en la temporada 2018-2019 para no descender, “hay una amenaza peligrosa y hay que estar alerta para evitar la caída al vacío”.

De la propuesta futbolística que va a reclamar a su equipo ha señalado que no va a ser diferente de la que siempre ha querido como aficionado. “Proponer y tener la iniciativa. Todo tiene que girar alrededor del balón y organizarse defensiva y ofensivamente”.

“A los jugadores les he pedido que deben ser responsables y maduros. Hay que tener capacidad autocrítica para salvar esto”, ha apuntado.

A la afición le ha enviado un mensaje positivo y optimista -el domingo “sí le vamos a ganar al Espanyol”-, un equipo que considera es el más fuerte de la categoría “con más potencial y recursos, que no son argumentos para liderar” porque ha recordado que la Segunda división es una categoría difícil y complicada en la que “nadie tiene la etiqueta de favorito máximo”.

Finalmente ha asegurado que a los jugadores, que los ve con buena actitud, “les meteré caña y les pediré que estén con los ojos abiertos porque hay muchos nubarrones”.

“Ha sido terrorífica”, han sido sus últimas palabras en clara alusión al mal rato que había pasado antes de levantarse de la silla para reencontrarse con los aficionados que estaban esperándole en la grada de La Romareda.